Festival folclórico celebra el impacto global del Cuerpo de Paz
Por Brittany Bybee Redactora Washington – La agricultura orgánica, la cestería, el vino, los textiles, las botellas de plástico y la manteca de karité estuvieron expuestos como productos o actividades en el Festival Folclórico 2011 que organiza el Instituto Smithsoniano en Washington. Cada uno representaba una tradición cultural importante que se había convertido en una oportunidad económica con la ayuda de voluntarios del Cuerpo de Paz.
El Cuerpo de Paz fue uno de los tres programas que se presentaron en la 45ª edición del Festival Folclórico del Instituto Smithsoniano, que tuvo lugar del 30 junio al 11 julio y que celebra la cultura popular de Estados Unidos y del resto del mundo. Durante dos semanas, voluntarios del Cuerpo de Paz que habían regresado y sus homólogos de países anfitriones compartieron sus proyectos, talentos e historias con más de un millón de visitantes.
El festival, que es una tradición de verano en Washington, convocó a más de 280 participantes de todo el mundo en la Explanada Nacional e incluyó actividades de música, canto, danza, narración de cuentos, artesanías, demostraciones de cocina y debates. El festival puso de relieve la diversidad de los voluntarios del Cuerpo de Paz, sus experiencias y las personas con quienes trabajan en las comunidades de acogida.
Jim Deutsch, encargado del programa del Cuerpo de Paz en el festival, dijo: “Una de las cosas más fascinantes de esta parte del festival es que los más de 200.000 voluntarios del Cuerpo de Paz que han servido desde 1961 trabajan ahora en distintos ámbitos en todo el mundo”, y en las distintas muestras que hubo en el festival compartieron historias, recetas y lecciones de los dos años en que han vivido en el extranjero y prestado servicio voluntario. Deutsch explicó que los voluntarios del Cuerpo de Paz “tienden a ser altruistas e idealistas, y tienen una firme actitud de que pueden lograr lo que se propongan”.
Durante el festival, Rahama Wright habló de su experiencia como voluntaria en Malí del 2002 al 2004. Allí vio que muchas mujeres del pueblo tenían dificultades a la hora de mantener a sus familias y reconoció la necesidad de que las mujeres tuviesen poder adquisitivo. Motivada por sus observaciones, Wright ayudó a crear la primera cooperativa de manteca de karité en el pueblo como una manera en que las mujeres pudiesen generar ingresos. “Sentí que podía ayudar a maximizar los recursos locales ayudando a las mujeres a convertirse en empresarias en el mercado mundial”.
Su experiencia como voluntaria en el Cuerpo de Paz también despertó el interés de Wright en la cadena de suministro mundial. Regresó a Estados Unidos más consciente del origen de los productos y fascinada por el comercio y los negocios.
Wright luego fundó Shea Yeleen International 2005, una organización sin fines de lucro que ayuda a mujeres de África occidental a organizarse en cooperativas y que ofrece capacitación en temas como el control de calidad y el desarrollo de microempresas, y lleva productos de manteca de karité al mercado. En el Festival Folclórico había una muestra donde los visitantes podían participar en el proceso de producción de manteca de karité junto con mujeres de África occidental.
USO DE DESECHOS PARA AVANZAR EN LA EDUCACIÓN
Cerca de allí, los visitantes vieron cómo Laura Kutner construía una pared con botellas de plástico, reproduciendo así el proyecto al que se dedicó durante su tiempo como voluntaria del Cuerpo de Paz en Granados (Guatemala), de 2007 a 2010.
Kutner alentó a su comunidad anfitriona y a los pueblos de los alrededores a recolectar más de 4.000 botellas de plástico y desechos que antaño ensuciaban las calles. Rellenaron las botellas, las ataron juntas y las cubrieron con cemento para construir nuevas aulas en la escuela donde trabajaba como voluntaria de desarrollo de la juventud.
Además de los voluntarios del Cuerpo de Paz, actuales y antiguos, el festival presentó a los visitantes a la gente de los países de acogida. “El enfoque de nuestro programa son las personas a las que sirve el Cuerpo de Paz, las personas que están aquí de 17 países distintos y que trabajaron con voluntarios del Cuerpo de Paz y que en muchos casos todavía trabajan con voluntarios del Cuerpo de Paz manteniendo el legado”, dijo Deutsch.
El Festival Folclórico tiene como objetivo “alentar este tipo de conversaciones culturales en las que el visitante puede aprender directamente de las personas de diferentes países y de los voluntarios del Cuerpo de Paz”, dijo Deutsch. Según las estadísticas facilitadas por el Cuerpo de Paz, en la actualidad hay 8.655 voluntarios y aprendices que viven y trabajan con ciudadanos de 77 países anfitriones, y que enseñan destrezas sostenibles y al mismo tiempo respetan la cultura local.
A lo largo de su historia, el festival ha contado con una amplia variedad de programas que destacan a países, regiones y comunidades étnicas. En el 2011, el festival, que es una exposición internacional anual del patrimonio cultural viviente organizado por el Centro de Folclore y Patrimonio Cultural del Instituto Smithsoniano, rindió homenaje a los 50 años del Cuerpo de Paz, a Colombia y al género musical del blues.
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