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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 22 de Noviembre del 2024

SÉPTIMA CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC

Lamy insta a la unidad en los esfuerzos para concluir la Ronda de Doha el año próximo; El Presidente subraya el cometido estabilizador de la OMC en tiempos de crisis

El Director General Pascal Lamy, en la apertura de la Séptima Conferencia Ministerial de la OMC el 30 de noviembre de 2009 en Ginebra, instó a los Miembros a que hicieran suyo el proverbio “la unión hace la fuerza”, y expresó la esperanza de que “los próximos días salgamos más fuertes, más unidos y con la clara determinación de concluir la Ronda en 2010.”

Declaración inicial del Director General
Presidente Velasco,
Ministros,
Dr. Supachai, Sr. Gurry, Sra. Francis,
Excelencias,
Señoras y señores:

Ginebra, Suiza 30 de noviembre del 209. El año 2009 pasará a la historia como un momento de gran inseguridad mundial. Millones de ciudadanos han perdido el empleo. Muchos más han perdido sus ahorros. Gran parte de los logros en materia de desarrollo en las últimas décadas se ha evaporado.

Pero al mismo tiempo vemos a los países unirse como nunca lo habían hecho antes. El mundo se ha unido para hallar una respuesta a la crisis económica global.

El sistema multilateral de comercio también ha sido puesto a prueba como nunca lo había sido antes. Pese a ello ha permanecido firme y demostrado su valor.

Aunque el comercio se ha reducido, las reglas de la OMC han garantizado que no hubiera un recurso general al proteccionismo como se temió inicialmente. Mientras los Miembros sigan aplicando políticas responsables en el plano interno, el sistema de la OMC debería continuar proporcionándonos una póliza mundial de seguros contra el proteccionismo.

El sistema de la OMC también puede ser un importante elemento de la plataforma para la recuperación. Lograr que el comercio se reanime y mantener abiertas las oportunidades comerciales es decisivo para el progreso de todos nuestros Miembros, especialmente los más pobres. Por ello hemos trabajado arduamente junto con otros colectivos en el tema de la financiación del comercio para contrarrestar la insuficiencia de liquidez que pone en peligro el comercio de los países en desarrollo.

La crisis también ha puesto de relieve el valor del sistema de solución de diferencias de la OMC. La capacidad de resolver pacíficamente las diferencias comerciales, sin recurrir a medidas de retorsión incontroladas es una enorme ventaja de la que carecieron nuestros antepasados en anteriores crisis económicas.

La OMC son ustedes, los 153 Miembros, que han suscrito los principios del progreso y la defensa del comercio abierto en un marco transparente y no discriminatorio. En Doha, ustedes también acordaron poner el desarrollo en el centro mismo del sistema multilateral de comercio.
A ustedes les une la convicción de que el comercio puede contribuir al desarrollo sostenible en el sentido más amplio; de que puede generar crecimiento; de que puede ayudar a crear puestos de trabajo decentes; de que puede ser para los países en desarrollo un poderoso instrumento de lucha contra la pobreza.

Ahora bien, el comercio en sí mismo no es una poción mágica. Para que actúe, el comercio, debe echar raíces en sólidas políticas nacionales que permitan que las ventajas que de él puedan derivarse, se traduzcan en resultados concretos. Los compromisos que negociamos aquí deben servir de complemento y apoyo a esas políticas nacionales. Ahora, más que nunca, ha llegado el momento de reforzar el mensaje de que el comercio abierto es un juego en el que todos ganan.

Y la OMC no es sólo un foro para acordar la apertura de los mercados y la adopción de normas. Se trata también de velar por que nuestras normas y acuerdos vigentes funcionen adecuadamente. Es un medio para resolver pacíficamente nuestras diferencias; para promover la coherencia con otras prioridades en materia de políticas, empezando por el cambio climático; para abogar por la causa de un comercio más abierto, para crear capacidad para comerciar.

Todos estos elementos son parte de la póliza de seguros que ustedes han suscrito colectivamente en la OMC. Y si bien la crisis ha demostrado el valor de esa póliza, también ha demostrado que debe adaptarse a riesgos variables. En los próximos días ustedes van a intercambiar opiniones sobre esta cuestión e impartir orientaciones para nuestro trabajo.

La mayor adaptación que hemos de hacer es concluir con éxito la Ronda de Doha, y pronto. No se trata sólo de los beneficios económicos que traerá consigo sino también de nuestra capacidad y determinación colectivas de salvaguardar y fortalecer el bien público mundial que es el sistema multilateral de comercio.

Hay más de ocho años de trabajo en la mesa de negociación. Esto representa ya una acumulación de activos importante. Contiene concesiones mutuas por las que todos ustedes han luchado esforzadamente, avenencias que han forjado, intereses que han protegido. Por supuesto, es necesario hallar un equilibrio final, y aún nos esperan arduas negociaciones. El tiempo se está acabando, y en esta etapa las cuestiones no pueden considerarse con independencia de la labor y los logros de los ocho últimos años.

Se aproxima rápidamente la hora de la verdad, cuando tendrán ustedes que decidir si se puede alcanzar el objetivo para 2010. Los dirigentes políticos afirman en forma prácticamente unánime que desean alcanzarlo, pero la reafirmación no basta. Lo que ahora necesitamos es acción, acción concreta y práctica para colmar las lagunas que aún subsisten.

La Ronda ocupa un lugar central en nuestras mentes, como debe ser, pero no hemos de olvidar otras actualizaciones necesarias de nuestra póliza de seguros colectiva en la OMC. Tenemos que mejorar los modos en que mantenemos nuestros acuerdos vigentes. También hemos de hacer más por contribuir a aumentar la capacidad comercial de los países en desarrollo y menos adelantados.

La actualización de nuestra póliza de seguros colectiva en la OMC incluye la ampliación de su cobertura. Esto quiere decir que prestemos mayor atención a la ampliación de la familia de la OMC mediante las adhesiones, atención tanto de los Miembros como de los que se esfuerzan por llegar a serlo. Puede que no existan atajos, pero todos debemos trabajar para que los procesos de adhesión avancen de manera constante y positiva.

Señor Presidente, señoras y señores,

Un proverbio chino reza “Zhong Zhi Cheng Cheng”: la unión hace la fuerza. Mi sincera esperanza es que sigamos estas sabias palabras. Que de los próximos días salgamos más fuertes, más unidos y con la clara determinación de concluir la Ronda en 2010.

Buena suerte y gracias por su atención.

Etiquetas: conferencia, Ginebra, Lamy, OMC