Reunión del presidente Calderón con la comunidad mexicana en Houston
Houston, Texas, 25 de abril del 2012.- El Presidente Calderón sostuvo un encuentro con miembros de la comunidad mexicana y, al concluir su mensaje, respondió a preguntas de los asistentes.
Qué tal, amigas y amigos.
Muy buenas tardes.
Me da muchísimo gusto saludarles y, además, con mucha emoción porque no sabía yo lo que acaba de mencionar el señor Cónsul y mi tocayo, además, tocayo y paisano, Felipe Reyes, de que, no sé si lo podríamos confirmar, pero de que sea yo el primer Presidente de México que viene a saludar a la Comunidad de Mexicanos en Houston es para mí, verdaderamente, un honor muy grande que agradezco.
Así que, saludo con mucho cariño a todos. Sé que aquí hay mexicanas y mexicanos de todos los rincones del país. Sé que hay mucho guanajuatense por aquí, por ejemplo. Sé, también, que hay, debe haber muchos paisanos de Michoacán, también. No muchos, no se oyó muy fuerte.
Gente de Jalisco, también, y segurito de Zacatecas, que es también de donde vienen muchos. De dónde. De Nuevo León, por supuesto, muchísimos. De Tamaulipas, de Puebla por acá, también, salió. De Nuevo León, sí ya dije. De San Luis Potosí, por supuesto. De Coahuila. De Chihuahua, por supuesto. De Guerrero, también. De Hidalgo.
Ahora, también mucha gente de la Ciudad de México, del Distrito Federal, también. De Oaxaca, por supuesto. Saludos a mis amigos oaxaqueños. De Puebla, ya dijimos. De Morelos. De Veracruz hay. De Durango, también. De Sonora. Cuántos de Sonora hay por aquí. Uno, pero muy entusiasta. De Sinaloa. En fin. De todo el país.
Y me da muchísimo gusto, desde luego, saludarles, y el poder estar platicando y conviviendo con ustedes.
Yo les tengo una gran, gran admiración a los migrantes mexicanos. Yo vengo, como ustedes saben, como mi paisano mismo, Felipe Reyes, de Michoacán, que es un Estado, por desgracia, expulsor de migrantes.
Y si allá, en México, habemos cuatro millones de michoacanos, aquí, en Estados Unidos, hay otros dos millones de michoacanos.
Durante mucho tiempo, muchos paisanos han tenido que salir de nuestra tierra. No, por supuesto, porque, simple y sencillamente prefieran a Estados Unidos sobre México; han tenido que salir por necesidad, por buscar para su familia lo mejor, porque la falta de oportunidades, precisamente, ha hecho que millones y millones de paisanos tengan que venir aquí, a los Estados Unidos.
Y déjenme decirles una cosa, paisanos, y se los digo de corazón, porque yo, como michoacano, tengo muchos amigos, algunos por aquí, aquí presentes, por cierto. Tengo primos, tíos, sobrinos, cuñados; Margarita, mi esposa, tiene un hermano acá, en Estados Unidos, al que no hemos podido ver hace muchísimos años. Y nos duele mucho que estén acá, nos duele mucho que no podamos vernos y saludarnos como debiera ser.
Y les digo, de corazón, que ustedes son lo mejor de nuestra gente.
Por qué.
Porque sabemos que de cada comunidad, de cada ciudad, de cada rancho, como ha dicho mi tocayo, ha salido la gente más audaz, la que es capaz de arriesgarlo todo para cruzar el Río Bravo. Ha salido la gente más trabajadora, la que es capaz de trabajar, aún en las peores condiciones, para sacar el trabajo adelante, y por eso están sacando adelante a sus familias, aquí y allá.
Y por eso, les digo de corazón, que los queremos, que los extrañamos y que estamos trabajando fuertemente para que un día en México nadie, nadie se tenga que salir del país por falta de oportunidades.
Quiero decirles, además, amigas y amigos, que, contra quienes han satanizado tanto el tema de la migración. Primero, éste es un fenómeno de hace siglos.
Por qué.
Porque ésta es una región unida por la geografía y por la historia. Hace rato que, recordaba el Cónsul la gran Batalla del 5 de Mayo, donde los mexicanos les pusimos en todo su mayo a todas las tropas francesas, recordaba, precisamente, el origen mexicano, mexicanísimo de Ignacio Zaragoza. Claro que sí.
Por qué razón.
Porque él nació en Coahuila. Punto. Ese es el estado que era en el momento en que él nació.
Y sin embargo, esta fecha tan hermosa que se acerca, en donde los mexicanos orgullosamente celebramos un gran elemento de identidad, de nuestra nacionalidad, pues nos une, nos une a todos.
Pero decía, ese dato tan solo de la común identidad, porque, también, aquí se celebra mucho por la comunidad mexicana el 5 de Mayo, incluso por otros norteamericanos, también, la Independencia, la libertad que México refrendó ese 5 de Mayo, son elementos de historia, de cultura y de geografía que nos unen. De tal manera, que esta unión y esta unidad que está abajo de la migración es indisoluble.
Pero, además, amigos, hay otro detalle. En el Siglo XX, el siglo pasado, se intensificó la migración por una cuestión bien específica, y que vale la pena recordar: por el Programa Bracero.
Y qué hay que decir de eso, amigas y amigos.
El Programa Bracero, y esto todos lo debemos recordar y se lo debemos decir a quien no lo sabe: el Programa Bracero fue una invitación a los trabajadores mexicanos, una invitación del Gobierno de Estados Unidos, que allá en el año 1942, 1944, cuando los muchachos norteamericanos se fueron al frente de la Segunda Guerra Mundial a luchar por la libertad de Estados Unidos y, también, de nosotros, de todos, y por eso nuestra admiración y el respeto.
El Gobierno de Estados Unidos invitó, por escrito, a trabajadores mexicanos a venir aquí, a labrar en sus campos, a trabajar en sus fábricas. Y aquellos jóvenes mexicanos vinieron, y vinieron al año siguiente y al siguiente, porque el Programa Bracero duró de 1944 a 1964, e iban llegando las familias junto, primero con sus hermanos y luego sus hermanos formaban familias y luego traían a sus hijos. Y eso intensificó el flujo migratorio.
Pero lo digo, porque quienes piensan que las mexicanas y los mexicanos aquí, durante el Siglo XX, vinieron como intrusos a este gran país, se equivocan.
Las mexicanas, los mexicanos, los trabajadores de nuestra Patria fueron invitados. Y, yo digo, como invitados deben ser tratados, también, en este país.
No se comenta, pero esos trabajadores, los de ayer y los de hoy, ustedes, en las fábricas, en las oficinas, en los talleres, en los puestos de ventas, en los comercios, en los hoteles, en todas partes, amigas y amigos, en las pequeñas empresas que han formado, son el cimiento de la fortaleza económica de esta Nación.
Porque, lo digo categóricamente, amigas y amigos; el capital y el trabajo se necesitan. Y si ustedes tienen un país grande, que es intensivo en capital, como Estados Unidos, y tienen un país relativamente pequeño, ya no lo somos tanto, como es México, intensivo en mano de obra.
Y tienen un país que la edad de sus habitantes va cada vez más para arriba, como es Estados Unidos. Y un país, como México, donde la mitad de la población tiene 26 años o menos; es decir, un país joven, es imposible detener que se junten capital y trabajo para prosperar, porque sólo así prosperan las personas, y sólo así prosperan las naciones.
Quien piense que por decreto se puede detener este fenómeno natural, se equivoca. Pero, sobre todo, lo explicó así; porque no se entiende y nadie puede explicar la fortaleza económica de los Estados Unidos de América sin la mano de obra, sin la fuerza trabajadora, generosa, responsable de las mexicanas y los mexicanos que han venido a este país.
Por cierto, amigas y amigos, en este par de días que he estado aquí, en los Estados Unidos, ha salido un reporte muy interesante, que valdría la pena que todos le echáramos un ojo, de una institución que se llama el Pew Hispanic Center. Salió en la primera plana y a ocho columnas del Usa Today, salió en el Washington Post, que es ahí donde yo lo vi, en la Ciudad de Washington, creo que salió, también, en el New York Times, que está saliendo en la televisión este estudio.
Y qué está diciendo este estudio.
Que si bien es cierto que hubo años, como el 2001, 2002, que fue el último más fuerte, por ejemplo, en que se vinieron a Estados Unidos hasta el 16 por ciento de la fuerza laboral de México, se incrementó en 16 por ciento la presencia de mexicanos aquí.
Este flujo migratorio neto. Qué significa neto. Que, por cierto, sigue viniendo mucha gente, pero también se está yendo o regresando mucha gente.
Este flujo migratorio neto está llegando a cero por primera vez. Es decir, en el año 2010 y 2011 la migración neta de mexicanos a Estados Unidos es cero. Por primera vez, por primera vez en años, quizá en décadas, está registrándose un fenómeno inédito. La migración neta de México a Estados Unidos ha alcanzado ya niveles de cero, e incluso, niveles negativos.
Esto qué quiere decir. Quiere decir que el número de mexicanos que ha venido a Estados Unidos en los últimos cinco años, es menor o igual que el número de mexicanos que ha regresado a México en los últimos cinco años.
Y por qué. Cuáles serán las causas que esta investigación arroja sobre este fenómeno migratorio. Una de las principales causas que explica este hecho, son muchas. Y yo les diría, pues hay razones buenas y hay razones malas. Cuál prefieren primero. Las buenas o las malas.
A ver, los que voten por las malas, primero. Luego, los que voten por las buenas. Empezamos por las malas.
Las malas razones por las cuales se ha reducido la migración.
Una. Es porque hay una política agresiva hacia los trabajadores mexicanos. Hay una política dura, ofensiva, incluso en algunas partes, hacia la gente que viene a este gran país, no a robar, no a pedir caridad, que viene a trabajar y a sacar adelante no sólo a su familia, sino, también, a esta sociedad, que es la que está demandando los trabajos mexicanos.
Hoy, más que nunca, amigas y amigos, yo creo que es necesario que los liderazgos gubernamentales y los liderazgos civiles se multipliquen, porque solo así vamos a poder poner un alto a la preocupante proliferación de iniciativas de corte, no sólo antiinmigrante, sino algunas, de plano, de corte aparentemente racial, como es el caso de la SB1070, de Arizona.
Por esa razón, nos oponemos a ella, porque no consideramos justo que alguien, por su aspecto, y no le demos vuelta, es por su aspecto de raza, que por supuesto somos raza, pueda ser injustamente discriminado frente a otro. Esa es una de las malas.
Otra de las malas, amigas y amigos, es, también, la acción del crimen organizado sobre muchos migrantes, mexicanos y centroamericanos, porque, amigas y amigos, la verdadera amenaza para los migrantes en nuestro país no es, no es el Gobierno mexicano, la verdadera amenaza son los criminales.
Cuando a mí los americanos me reprochan: No, es que ustedes quieren que tratemos a sus connacionales de una manera, pero ustedes en su ley y en sus acciones como Gobierno tratan a los centroamericanos de otra.
Tenían razón, a lo mejor antes. Pero hoy, les puedo decir con orgullo, paisanos, que, desde que yo entré a la Presidencia, lo primeritito que hicimos con la Ley Migratoria fue derogar, borrar de la ley la migración como delito en nuestro país. Migrar es nunca más un delito en nuestro querido México.
Y no sólo eso, fuimos por más. Hicimos una nueva ley migratoria que otorga diversas calidades migratorias a quien nos visita, especialmente a nuestros hermanos centroamericanos.
Expedí un decreto por el cual, por ejemplo, los guatemaltecos pueden entrar libremente a cualquiera de nuestros estados fronterizos, y si quieren trabajar en México, pueden trabajar. Lo que pedimos es, simplemente, que acrediten eso. Y si quieren estar en nuestro país, pueden estarlo. Es más, y si van de tránsito a otro país, a cualquiera, también, hay manera de hacerlo legalmente.
Lo estamos haciendo, amigas y amigos, porque creemos en la dignidad del ser humano, porque creemos que se debe respetar a cada una y a cada uno por lo que es; ser humano, independientemente de que la vida a veces nos ha puesto en distintas condiciones.
Cuáles son las buenas razones, amigas y amigos.
Lo que dice el reporte, más o menos es esto: La investigación señala que una de las principales causas que explican este hecho, es el mejoramiento de las condiciones económicas y de bienestar social en muchas regiones de México.
En efecto, el estudio resalta que, desde el 2010, la economía ha mostrado una recuperación más vigorosa que la americana. Es cierto. Ah, y porque ésta es otra de las razones que dicen, y puede ser cierta; de las malas, es que aquí está muy deprimida, muy ponchada, digamos, la economía, hay pocos empleos, y, es cierto. Esa es otra razón, y no es de las buenas.
Pero, también, les voy a decir la verdad, amigos. Aquí, en el peor momento de la economía de Estados Unidos, la economía se cayó como dos por ciento, ese mismo año, 2009, la nuestra se cayó seis.
Por qué razón.
Porque bien dicen que cuando a Estados Unidos le da un catarro o le da un resfriado, a nosotros nos da pulmonía.
Y sí, se cayó Estados Unidos, y es como un elefante que se cae encima de nosotros.
Así que, sí es por razones económicas, pero la verdad es que eso no explica totalmente, medularmente que se haya bajado la migración.
Hay razones buenas, también, y creo que debemos estar muy convencidos de ellas.
Una. Es la que decía mi tocayo, y le agradezco muchísimo esa referencia. A mí me conmovió mucho su testimonio del esfuerzo personal que ha hecho por ir, precisamente, a la escuela desde niño, y llegar tan alto, como él nos ha descrito.
Pero, efectivamente, amigas y amigos, después de mucho trabajar, después de mucho bregar, dije bregar, los mexicanos hemos logrado un anhelo que teníamos mucho tiempo, y que era, cuál. El que dijo mi tocayo: Que todo niño en edad escolar, hasta los 12 años, tenga un lugar en la primaria.
Hoy, tenemos cobertura total. De tal manera, que cualquier niño en México que quiere ir a la escuela, tiene una escuela que lo reciba, hay lugar para él. Y eso significa cambiar las oportunidades.
Y no sólo eso, significa, también, amigas y amigos, significa también oportunidades educativas, no sólo a nivel primaria, sino a otros niveles, concretamente a nivel de prepa y a nivel universidad.
Nos falta mucho por hacer, hombre, qué barbaridad. La verdad es que sí. Somos un país todavía en desarrollo, un país pobre. Pero estamos abriendo, a cómo podemos, las oportunidades para los muchachos.
Y lo que hemos hecho, por ejemplo, y les platico. Últimamente en México, en estos años hemos abierto mil nuevos bachilleratos, mil nuevos bachilleratos.
Qué significa.
Que hasta hace pocos años, menos de la mitad de los jóvenes en edad de bachillerato tenían escuela, y ahorita ya llegamos a la cifra donde dos de cada tres ya tienen bachillerato.
Y fuimos por más. Y lo que hicimos fue fundar universidades.
Cómo cuántas universidades creen que hemos construido nuevas en los últimos años. 105 universidades totalmente nuevas, universidades públicas y universidades gratuitas.
Y aparte, a otras les hemos ampliado el campus, o sea hemos hecho otro campus para otras universidades. Por ejemplo, en Ciudad Juárez, que está tan duro el tema de la seguridad. Está duro, todavía, pero ahí la vamos llevando. Ha bajado el crimen como 70 por ciento, del 10 al 11 bajó.
Y ahí, por ejemplo, no se trata sólo de mandar la policía. Sí hay que mandar la policía, por supuesto. Y si no alcanza, hasta el Ejército, y si no alcanza, la Marina, y ahora sí les echamos montón, como decimos, a los criminales, para que entiendan que no se pueden estar metiendo con la gente. No los vamos a dejar que se metan con la gente.
Pero no sólo es la fuerza, no sólo es el combate a los criminales, que lo tenemos que hacer, sino, también, tenemos que reconstruir las instituciones, tenemos que construir nuevas policías, por ejemplo. Y sobre todo, tenemos que trabajar en el terreno social, en la construcción de oportunidades, y por eso estamos haciendo estas escuelas.
Y esas escuelas, amigas y amigos, han servido, no al ritmo que quisiéramos, porque eso tarda mucho en madurar, tarda mucho en crecer, pero han servido, también, para reconstruir el tejido social en México.
Y también, por otra parte, están en los factores que el Pew Hispanic Center relata como las causas por las cuales también han influido, cada quien en su medida, para reducir la migración.
Que hoy los muchachos se pueden quedar, muchos, a estudiar cosa que antes no podían. Vi en un relato de hace como medio año en el New York Times, también, que entrevistan a un par de muchachos de Los Altos de Jalisco. Muchachos que sus abuelos se fueron, se vinieron a Estados Unidos, sus papás se vinieron a Estados Unidos, sus hermanos están en Estados Unidos.
Y este par de muchachos, primos entre ellos, pues ya, no vinieron. Por qué. Porque tienen planeado irse a una universidad tecnológica ahí cerca, y en la universidad muchos muchachos tienen la aventura de que se pueden contratar luego, luego en una empresa que está haciendo teléfonos celulares ahí y en Guadalajara, y narran la historia de que ellos, finalmente, ahí se quedan.
Y hay oportunidades, porque también estamos llegando a algo, amigas y amigos, que los mexicanos anhelamos, hemos peleado por ello, y aunque falta mucho por hacer para que sea de calidad, la verdad estamos logrando una meta, que nos debe hacer sentir orgullosos como mexicanos a todos, sin distingos de colores, ni partidos, ni nada de eso.
Cuál es. Que estamos llegando a lo que se llama cobertura universal de salud.
Qué es eso.
Aquí mismo, en Estados Unidos, aquí mismo en ésta que es la nación más poderosa del mundo, todavía no hay cobertura universal en salud.
Por qué.
Porque hay millones y millones de americanos, y ya no digamos de no americanos, de migrantes, que tienen prohibido enfermarse o accidentarse, porque el día que lo hacen, si no tienen lana para pagar el hospital, se acabó. No tienen cobertura, no tienen seguro médico.
En México, lo que hemos hecho es invertir y crear mil nuevos hospitales o clínicas, remodelar dos mil más. Y con el Seguro Popular, algo que es nuevo, aparte del Seguro Social, el problema es que quien no trabajaba para una empresa, no tenía Seguro Social; quien no trabajaba para el Gobierno, no tenía ISSSTE.
Toda esa gente que ni trabaja para el Gobierno, ni trabaja para la empresa, no tenía seguro médico. Con el Seguro Popular, por ejemplo, hemos logrado darle un seguro médico a millones de mexicanos.
Y si en el año 2000, año en el que quizá muchos de ustedes ya estaban aquí, había 45 millones de mexicanos cubiertos con un seguro médico público, hoy hay 106 millones de mexicanos cubiertos con un seguro médico público.
Qué quiere esto decir, amigos.
Que estamos llegando a un anhelo de cualquier país que es cobertura universal en salud. Esto es: médico, medicinas, tratamiento y hospital para cualquier mexicana o cualquier mexicano que lo necesite en nuestro querido México.
Esto explica, también, las causas de la baja de la migración neta como se llama, o migración neta cero. Otras más, es el comportamiento de la economía. Nosotros hemos, ahora sí que no estamos creciendo a lo que quisiéramos. Ojalá el Congreso, ojalá los partidos políticos, o los que se oponen, más bien, porque hay unos que apoyan, pero ojalá hubieran aprobado las reformas que les estamos proponiendo.
Por qué razón.
Porque a México hay que cambiarlo. Es un carrito que ahí la llevamos bien bastante bien en la economía, ya está jalando bonito. Nosotros estamos creciendo ahorita más que Estados Unidos. De hecho, el año pasado crecimientos un poquito más del doble que Estados Unidos.
Pero, lo que necesitamos es, que a nuestro carrito, que se le cambie la máquina. Yo recuerdo que mi primer coche que tenía, cuando estaba todavía estudiando mi carrera, me compré un Volkswagen viejísimo, viejísimo, del año del caldo, era como el año 84 y el carro era como un 72.
Yo me iba muy contento de México, estaba estudiando en Morelia, que era mi tierra, es mi tierra, lo es y le voy a los Monarcas. En fin. Y de repente se calentaba el carrito y se paraba allá, en las subidas. Ya sabía yo que había que salir del coche, abrir la, todavía traía el motor atrás, la cajuela, digámosle así, ya le quitaba uno el distribuidor y le limaba con una limita de uñas los platinos, lo dejaba enfriar y listo.
Pero lo que mi coche necesitaba hacer, no era que le limara los platinos; mi coche necesitaba otro distribuidor, y, realmente, otro motor para que no se calentara. Así está un poco la economía mexicana.
Y, por eso, para cambiar de motor, hay que hacerle reformas a la economía mexicana. Reformas que permitan que podamos contratar más jóvenes y más mujeres en el mercado de trabajo, reformas que permitan que podamos producir mejor en todos los sectores, reformas que permitan más competencia y que no haya monopolios en muchos sectores que todavía están dominados, por ejemplo, en telecomunicaciones. Reformas que nos permitan, verdaderamente, empujar muy fuerte la economía.
Ahora, independientemente de eso, nuestra economía ahí va jalando con todo este desorden que se ha hecho en el mundo y crisis por todos lados. La verdad, es que estamos tratando, los mexicanos, con mucha responsabilidad nuestra economía.
Ustedes pueden ver países muy poderosos, desarrollados, como siempre los aprendimos a ver; Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, algunos están medio quebrados, y otros están quebrados de plano.
Y por qué razón.
Porque ahora sí, que hablando de coches, como venía una curva muy fuerte, que fue la crisis económica que pasó, no le frenaron a tiempo y seco, se salió. Nosotros, nos costó mucho, le frenamos, pero mantuvimos el control de nuestra economía. Y hoy, México tiene una economía sólida, estable, con baja inflación que genera empleos, etcétera.
Todo eso aparece en el reporte del Centro Pew, el Centro Hispánico Pew, no sé qué significará Pew, Embajador, tú que lo sabes. Es el apellido del fundador. No, no llegaba hasta allá mi diccionario, que es bastante modesto.
Y eso, amigas y amigos, yo creo que es una buena noticia para todos, pero, sobre todo, por qué es buena noticia.
Porque es una evidencia que echa por tierra los temores, a mi juicio, infundados y de buena fe, vamos a decirlo, de muchos ciudadanos americanos. No, nos interesa mandar más migrantes a Estados Unidos, con todo respeto.
A mí no me interesa, como Presidente o como mexicano, que siga saliendo gente de México.
Por qué.
Porque nos duele, y porque se van los líderes de las comunidades, porque se van los papás y dejan a los niños allá, porque se rompen las familias, porque se pierde la productividad de nuestras tierras, por todo.
Porque hacemos una especie de éxodo, una especie de expulsión de nuestra propia tierra, eso es lo que la situación que yo veo en los migrantes mexicanos; expulsados de su propia tierra por razón de falta de oportunidades.
Y yo quiero que ese éxodo termine. Y por eso, los americanos deben saber que no, nos interesa estar promoviendo y promoviendo la migración per sé. Si nos interesa que nuestra gente tenga las condiciones adecuadas en términos legales para vivir con dignidad, y que le permitan trabajar, que le permitan engrandecer este país.
Si rompe la ley, o si violenta un derecho, o si comete que un crimen, por supuesto que no. Pero la gente que está aquí, tiene derechos más elementales, como es el respeto a su propia dignidad.
Por eso, queremos que haya una regulación que permita no promover, sino simplemente regular lo que hay, que es este fenómeno. Mientras nosotros, los mexicanos, trabajamos para reducir las causas sociales que genera la migración.
Pero, insisto, durante mucho tiempo ha dicho aquí, en Estados Unidos, que una reforma migratoria generaría flujos inmanejables de migrantes. Y la verdad, amigas y amigos, el Informe que salió ayer de este Centro Hispánico Pew, demuestra la evidencia que ya este temor que tienen algunos no se justifica.
Hoy, existen las condiciones para plantear una reforma migratoria integral que beneficie a ambas naciones y que convierta la migración en un verdadero activo para impulsar la prosperidad tanto de Estados Unidos como de nuestro querido México.
Tenemos muy claro, además, que la reforma migratoria es un proceso que deben debatir particularmente, fundamentalmente los propios estadounidenses, y respetamos su decisión. Respetamos, desde luego, su ley. Pero, también, yo reconocer los esfuerzos de muchos americanos que están trabajando por esa reforma migratoria.
Reconocer el esfuerzo, por ejemplo, del propio Presidente Barack Obama; que busca una solución de fondo al problema de la migración, la que influyó en el compromiso de muchas autoridades locales, por ejemplo, de las propias autoridades locales acá, en Houston. A mí me impresiona la ley que estaba mencionando mi tocayo y paisano, que permite, en condiciones más equitativas, poder acceder a una universidad acá.
Yo quiero ser muy claro, amigas y amigos, somos muy respetuosos del derecho soberano de Estados Unidos a adoptar sus propias leyes, pero no podemos simplemente allanarnos. Tenemos que oponernos, y con firmeza, a aquellas iniciativas que intenten criminalizar a quien no está cometiendo realmente un crimen o un atentado a valores esenciales de la vida o la libertad, o la seguridad de las personas.
Aquellos proyectos que parten de principios injustos parciales o, como he dicho, discriminatorios.
Por eso, reconozco, también, la valentía y la valiente movilización de varias agrupaciones de la sociedad civil contra leyes locales potencialmente violatorias de los derechos de migrantes.
Queridos paisanos:
He venido aquí, finalmente, y si hay un poquito de tiempo, me gustaría escuchar unas dos o tres preguntas de ustedes, muy, pero muy cortitas, muy breves. He venido aquí, simplemente para decirles: Estamos con ustedes.
Algún día me regañaron, porque dije que: donde quiera que estuviera un mexicano, ahí está la Patria. Y eso lo reitero; donde quiera que estén ustedes, para mí, ahí está México.
Así que, estamos con ustedes, los extrañamos, los queremos, y esperamos que un día nuestro México sea la Patria grande que permita el regreso de sus hijos, y que nunca, nunca más nadie salga de nuestro querido México por hambre, por necesidad, o por falta de oportunidades.
Muchísimas gracias a todos.
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