RESTAURA INAH CÓDICE COLONIAL SOBRE TRIBUTOS
*** Especialistas efectúan la última etapa de atención del Códice de San Pedro y San Pablo Atlapulco, de esa comunidad del Estado de México
El manuscrito, que data de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, da cuenta de los tributos que daban las comunidades aledañas a esta cabecera indígena Un códice colonial del pueblo de San Pedro y San Pablo Atlapulco, Estado de México, fue confiado para su restauración y conservación a expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), quienes efectúan la última etapa de la atención de este antiguo documento, que da cuenta de los tributos que daban las comunidades aledañas a esta cabecera indígena.
Fecha: 08 de marzo de 2012
Tesoro documental indígena
“Es un códice único, porque es el primero del que tenemos noticia, que fue pintado sobre pergamino, siendo que la gran mayoría de este tipo de manuscritos coloniales fue hecha sobre papel amate o papel europeo”, destacó la restauradora Marie Vander Meeren, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH.
El Códice de San Pedro y San Pablo Atlapulco fue llevado hace varios meses al Taller de Restauración de Documentos Gráficos de la CNCPC, en Coyocán, luego de que a finales del año pasado miembros del Comisariado de Bienes Comunales de esta comunidad mexiquense, “se enteraron de que en el INAH habíamos restaurado un códice del Estado de México, de la localidad de Coatepec, lo que les generó confianza y se acercaron a nosotros para que restauráramos su documento histórico”.
“Tiene todos los rasgos de un códice Techialoyan (así se denomina genéricamente a los códices de la región), y su temática es una relación de la entrega de tributos que en la Colonia daban las comunidades aledañas a San Pedro Atlapulco. En la pintura se ve al cura elaborando una lista de dichas contribuciones. También, contiene glosas (manuscritos) que identifican a los pueblos que tributaban y algunos acontecimientos de la localidad”, abundó la experta.
De 80 por 60 centímetros, este documento pictográfico se estima fue elaborado hacia finales del siglo XVII y principios del XVIII, lo que se deduce a partir de la presencia del estilo indígena en la distribución espacial de los elementos pictóricos, aunque también del arte europeo, donde los cuerpos de los personajes se pintaron de tres cuartos y no de perfil. “Pero todavía falta que los expertos en códices lo analicen para precisar su fecha de creación y las particularidades de su contenido”, puntualizó Marie Vander.
Tras explicar que el estado de conservación del Códice de Atlapulco es aceptable, la especialista abundó que fue hecho sobre un material poco flexible (pergamino), que con el tiempo tiende a resecarse y es muy sensible a los cambios de temperatura y humedad. Además que fue doblado en varias secciones, por lo que la capa pictórica presentaba abrasiones y craquelado en varias partes.
Asimismo, presenta dos roturas, una en la esquina inferior derecha —de 12 centímetros aproximadamente—, y otra en el extremo derecho, casi en medio —de 7.8 centímetros—.
La intervención hecha en este documento consistió en hacer el registro fotográfico y análisis gráfico por medio de computadoras, para determinar con precisión las pérdidas de la capa pictórica, presencia de manchas, así como de los dobleces, arrugas y roturas, producto del manejo.
Previo al tratamiento, el doctor José Luis Ruvalcaba, del Instituto de Física de la UNAM, hizo un análisis de la composición de materiales, mediante los métodos de fluorescencias de rayos X y luz ultravioleta.
“Después procedimos a hacer una limpieza superficial, para no dañar los colores y, posteriormente, se comenzó un proceso de estiramiento del pergamino. Lo que hicimos fue ponerlo en una cámara de humectación, donde fuimos subiendo paulatinamente la humedad relativa, con el objeto de devolverle flexibilidad, y luego lo estiramos poco a poco, hasta dejarlo plano. Ahora está en una etapa de estabilización”.
La restauradora Marie Vander estimó que el códice podría devolverse a la comunidad de San Pedro y San Pablo Atlapulco hacia finales de este mes, junto con una serie de recomendaciones para su adecuada preservación, entre ellas, evitar doblarlo.
Se entregará, dijo, extendido en una guarda de primer nivel (funda suave), y otra de segundo nivel (una caja de polipropileno). “También les vamos a recomendar que dispongan un mueble adecuado, como una cajonera para guardar planos, así como las acciones para garantizar su seguridad”, puntualizó la experta.
La entrega del documento se hará junto con un informe detallado del proceso de restauración, incluidos los estudios de composición, y también del material gráfico generado alrededor del documento, concluyó la restauradora.
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