Número sin precedentes de agricultores planta cultivos transgénicos
Perspectivas de futuro crecimiento en el sector son alentadoras, dice informe
Según un importante grupo de investigación agrícola, la cifra sin precedentes de 13,3 millones de agricultores en 25 países utiliza técnicas de biotecnología agrícola para ayudar a atender la demanda mundial de alimentos.
Washington, EE.UU. En 2008, el décimo tercer año desde que se empezaron a comercializar por primera vez los cultivos biotecnológicos, los agricultores plantaron 125 millones de hectáreas de cultivos transgénicos, de nuevo una cifra sin precedentes. Eso constituyó 10,7 millones de hectáreas más que en 2007, según informa el Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA).
“La biotecnología ofrece remedios para los agricultores en forma de plantas que producen más por [hectárea], resisten las enfermedades y plagas de insectos, y reducen los costes de producción agrícola”, dijo Sharon Bomer Lauritsen, vicepresidenta ejecutiva de la Organización Industrial de Biotecnología, con sede en Washington.
Las perspectivas de crecimiento para la biotecnología hasta el 2015 son alentadoras, según indica Clive James, autor del informe del grupo, Situación mundial de la comercialización de cultivos biotecnológicos/transgénicos en 2008.
En África, los cultivos transgénicos se comenzaron a plantar en dos nuevos países en 2008, señala el informe. En Egipto, los agricultores comenzaron a plantar maíz transgénico, mientras que en Burkina Faso, comenzaron a plantar algodón transgénico. Ese continente “tiene tal vez la mayor necesidad y más que ganar” de esta tecnología agrícola, dijo James.
Junto al programa de cultivos biotecnológicos anteriormente establecido en Sudáfrica, los proyectos de alimentos transgénicos han sentado bases en cada una de las tres principales regiones de África, contribuyendo a que los encargados de formulación de políticas y agricultores de países vecinos vean el valor de la biotecnología en lo que respecta a la seguridad alimentaria, dijo James.
En 2008, siete países de la Unión Europea plantaron comercialmente maíz transgénico, aumentando así el número de hectáreas de cultivos transgénicos en un 21 por ciento con respecto al año anterior, según el informe.
Los agricultores europeos están dándose cuenta de las posibilidades de la biotecnología para incrementar los ingresos y reducir el uso de plaguicidas, según el informe. En febrero, los miembros de la UE se reunirán para decidir si adoptan nuevos cultivos transgénicos, de acuerdo con Marcella Szymanski de la Oficina de Economía, Energía y Asuntos Comerciales en el Departamento de Estado de EE.UU.
“Agricultores de todo el mundo están esperando y observando a ver qué pasa”, dijo a America.gov.
El informe indica que en 2008 algunos países que habían adoptado anteriormente un cultivo transgénico añadieron otros nuevos a sus suelos. En el caso de Bolivia, los agricultores empezaron a cultivar soja transgénica. Agricultores brasileños comenzaron a plantar maíz transgénico y agricultores australianos empezaron a sembrar cosechas de colza transgénica.
Las sojas modificadas continuaron siendo el principal cultivo transgénico en 2008, ocupando el 53 por ciento de todas las hectáreas de cultivos genéticamente modificados. Le siguieron cultivos de maíz, algodón y colza transgénicos. Además de esos cultivos, Estados Unidos cultiva variedades genéticamente modificadas de papaya, calabaza, alfalfa y remolacha azucarera.
Incrementar el conocimiento de la biotecnología
Desde 2003, el Departamento de Estado ha destinado fondos a programas cuyo propósito es incrementar el conocimiento de la biotecnología agrícola y hacer frente a las inquietudes de consumidores y aquellas relacionadas con el medio ambiente.
En 2008, la Oficina amplió sus iniciativas en materia de biotecnología para incluir un enfoque en la seguridad alimentaria y los biocombustibles. Envió expertos estadounidenses a Perú, por ejemplo, para explicar a los funcionarios del gobierno los beneficios de la biotecnología agrícola en la producción de biocombustibles, explicó Szymanski.
Otros especialistas que recibieron fondos del gobierno de Estados Unidos se reunieron con agricultores, estudiantes universitarios y políticos en Alemania y participaron en una conferencia de biotecnología en Vietnam. El gobierno también envió expertos a Sudáfrica para conversar con los legisladores acerca de la realización de evaluaciones de riesgo de la biotecnología agrícola. Los expertos también visitaron Egipto para instar a la aprobación de legislación que allanara el camino para nuevas adopciones de transgénicos.
Los funcionarios de algunos países carecen de información adecuada para crear políticas que abarquen bioseguridad, dijo Szymanski.
La Organización Mundial de la Salud ha hecho hincapié en la importancia de la biotecnología agrícola para la salud, porque produce alimentos más nutritivos y alimentos con menos características alergénicas, informó James.
Los cultivos también benefician a la salud porque requieren menos plaguicidas y reducen el consumo de combustible y las emisiones nocivas de carbono, comentó.
Los líderes de las ocho principales economías del mundo han hecho un llamamiento para acelerar la investigación agrícola, dijo James.
Estados Unidos cultivó la mayor cantidad de hectáreas transgénicas en 2008, seguido por Argentina, Brasil, India, Canadá, China, Paraguay y Sudáfrica.
Según el Departamento de Agricultura, los cultivos transgénicos han sido ampliamente adoptados por los agricultores estadounidenses desde su introducción comercial en 1996. Los cultivos de soja y algodón que han sido modificados para tolerar los herbicidas han sido los que más ampliamente se han adoptado en Estados Unidos, seguidos del algodón resistente a los insectos y el maíz.
Etiquetas: agricultura, biotecnología, maíz, transgénicos