La ciencia indica el camino hacia los programas de VIH/SIDA que salvan vidas
Washington, EE.UU. La rápida aplicación de las conclusiones de investigaciones exitosas ha salvado la vida de personas y ha reducido la pandemia mundial del VIH/SIDA, según declaró Eric Goosby, embajador en misión especial y uno de los líderes estadounidenses de esta campaña.
El doctor Goosby, coordinador mundial del SIDA para el gobierno de Estados Unidos, pronunció un discurso el 13 de diciembre en la sede de los Institutos Nacionales de la Salud, que han sido un líder mundial en los avances científicos sobre el VIH/SIDA y las maneras de luchar contra este virus. “El vínculo entre la generación de conocimientos y el despliegue rápido en el epicentro de la epidemia supone una combinación poderosa”, dijo Goosby.
Este enfoque llevará al mundo a tener una generación sin SIDA, que es uno de los objetivos que fijó el presidente Obama en su mensaje del Día Mundial del SIDA el 1 de diciembre, según dijo Goosby.
El Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR), que recibió sus primeros fondos del Congreso de Estados Unidos en el año 2003, ha tratado de distribuir ampliamente los medicamentos y métodos que han controlado la pandemia mundial. En 2003, sólo 50.000 personas de países del África subsahariana tenían acceso a los medicamentos antirretrovirales, un cóctel de fármacos que según descubrieron los investigadores frenaba el VIH y permitía a una persona vivir una vida razonablemente sana. Ahora, casi cuatro millones de personas reciben este mismo tratamiento a través de PEPFAR, según dijo Goosby.
Los programas de tratamiento dirigidos por el Fondo Mundial de la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria también se han ampliado en los países más afectados, y 3,3 millones de personas reciben ahora medicamentos a través de ese mecanismo de financiación que recibe el respaldo de la comunidad internacional.
La pandemia de VIH/SIDA comenzó como un problema a resolver para el campo de la medicina, pero con el tiempo las consecuencias sociales y económicas de una enfermedad generalizada se manifestaron como amenazas a la estabilidad de los países más afectados. Goosby dijo que la expansión del tratamiento también ha contribuido a aliviar algunos de esos problemas sociales generalizados.
“Por cada 1.000 personas a las que ayudamos con tratamiento durante un año, evitamos la orfandad de 449 niños”, declaró Goosby. “Esa es otra dimensión del concepto de tratamiento como prevención”.
Uno de los primeros estudios que demostraron la eficacia del tratamiento del SIDA como medida preventiva se llevó a cabo en 1994, dijo Goosby. Explicó que este estudio demostró que el tratamiento de las madres embarazadas seropositivas podría prevenir la transmisión del virus a sus hijos. Pocos meses después de ese hallazgo, especialistas en SIDA elaboraron las directrices del tratamiento con medicamentos antirretrovirales para las mujeres embarazadas.
La práctica del tratamiento como prevención también ha demostrado su eficacia en parejas en las que una persona es seropositiva y la otra no lo es. El inicio temprano del tratamiento para la persona con VIH conduce a menores probabilidades de transmisión del virus a la otra persona.
La expansión del tratamiento y la ampliación de los programas de prevención han sido importantes en los casi ocho años de historia de PEPFAR pero, según aclaró Goosby, el programa también se dedica a la diplomacia de la salud pública. No sólo se trata de las vidas que se salvan hoy.
“Mejorar la salud pública exige mejoras permanentes y duraderas en la capacidad de nuestros países socios para hacer frente a sus necesidades”, dijo Goosby. La historia de los programas de ayuda exterior no demuestra que la ayuda por sí sola pueda crear esa capacidad.
“También respaldamos el desarrollo de líderes capaces, buenos gobiernos, paz y estabilidad, así como políticas económicas y sociales sensatas”, dijo Goosby. Esos objetivos son más difíciles de alcanzar que la distribución de medicamentos y tecnología médica por sí solos. “Pero queremos que nuestro impacto sea duradero, y en realidad no hay atajos”, dijo.
Al tiempo que PEPFAR trata de mejorar los sistemas de salud en los países socios, el programa también pretende ayudar a desarrollar la próxima generación de líderes que se dedique a trabajar en diversos ámbitos, incluyendo la salud y el desarrollo.
Por Charlene Porter, Redactora
Etiquetas: EEUU, plan de emergencia, SIDA