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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 22 de Diciembre del 2024

La captura de carbono: Una situación difícil de resolver

Almacenamiento puede durar 5700 años: EPA

Por Karin Rives Redactora Washington – Las poblaciones crecen, las emisiones aumentan y las temperaturas mundiales continúan subiendo. ¿Qué se puede hacer?

Es probable que los acuerdos de límites máximos de emisiones y comercio y de energía renovable no puedan por sí solos disminuir la curva de carbono, término que utilizan los especialistas en materia de cambio climático para referirse a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por ese motivo, los gobiernos y las empresas desean cada vez más encontrar soluciones nuevas y poco convencionales al problema climático.

La captura de las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, y su almacenamiento en enormes depósitos bajo tierra durante miles de años es una de las propuestas que se viene analizando. El gobierno de Estados Unidos está invirtiendo 4.000 millones de dólares, y el sector privado 7.000 millones, en la investigación de posibles sitios y tecnologías en distintos lugares del país donde poder almacenar el carbono.

Diez importantes proyectos de demostración están en curso, junto con más de 50 proyectos más pequeños, la mayoría de los cuales se iniciaron en los dos últimos años. El objetivo es el de iniciar las operaciones para entre cinco y diez proyectos comerciales para el año 2016.

Uno de los proyectos está convirtiendo una central eléctrica de Illinois que se alimenta con petróleo y lleva algún tiempo sin operar, para que se alimente de carbón, un combustible más económico, y también se está instalando un calentador que utilice oxígeno en vez de aire durante la combustión. Esto genera una forma de gas de dióxido de carbono que puede capturarse y comprimirse fácilmente en un líquido transportable.

El gobierno federal ha destinado fondos para esta nueva central, sus conductos y el lugar de almacenamiento, que todavía está por determinar, en este estado del Medio Oeste. La central renovada capturará cerca de un millón de toneladas de dióxido de carbono anualmente.

“Estas nuevas tecnologías ayudarán no sólo a combatir el cambio climático, sino que también crearán empleos y posicionarán a Estados Unidos para que sea líder del mundo en tecnologías de captura de dióxido de carbono, cuya demanda sólo aumentará en los próximos años”, según declaró el secretario de Recursos Energéticos Steven Chu cuando anunció la financiación.

Almacenamiento puede durar 5.700 años

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el país produjo cerca de 7.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en 2008. Las fábricas y otras de las llamadas fuentes estacionarias de contaminación representaron cerca de la mitad de dichas emisiones.

Un estudio reciente del Departamento de Recursos Energéticos de Estados Unidos calcula que se puede almacenar hasta 200.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono por 5.700 años en roca salina, en depósitos de petróleo y gas, y en minas de carbón inactivas de América del Norte. Si se llegasen a usar, esto permitiría a Estados Unidos reducir sus emisiones y a la vez aprovechar sus grandes reservas de carbón.

Pero el costo de la captura de emisiones, su transformación a un líquido y el transporte a sitios de almacenamiento subterráneo a varios kilómetros de distancia es muy alto. Según calculan algunos estudios, la construcción de una red nacional de conductos y la modernización de las centrales eléctricas estadounidenses y otros edificios podría costar fácilmente decenas o cientos de miles de millones de dólares.

Desarrolla un mercado y ellos vendrán

La EPA y el Departamento de Recursos Energéticos concluyeron en un estudio de agosto de 2010 que las centrales eléctricas que operan con carbón son las mejores candidatas para la captura y el almacenamiento de carbono (CSS). Las casi 600 centrales eléctricas alimentadas por carbón en el país suministran cerca de 50 por ciento de la energía que se consume en Estados Unidos, y producen 40 por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono.

Debido al costo que supone la práctica CSS, los organismos concluyeron también que dicha tecnología se desplegará en gran escala sólo cuando tenga el impulso de una política nacional cuyo objetivo sea reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo que es necesario, indican, es un “marco de trabajo estable, a largo plazo y orientado al mercado que canalice las inversiones privadas en tecnologías bajas en carbono.

Howard Herzog, un ingeniero de investigación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que también es destacado especialista internacional en el tema de la captura de carbono, está de acuerdo.

“No le estamos enviando suficientes indicaciones al mercado para que la tecnología de CSS sea competitiva, de modo que en esencia todos los proyectos necesitan apoyo del gobierno de una forma u otra”, explicó Herzog. Dado que el desarrollo de un mercado comercial posiblemente esté a 20 años, será importante utilizar políticas provisionales, como por ejemplo cobrar un pequeño recargo en la factura de la luz, para obtener fondos para las distintas iniciativas de captura y almacenamiento de carbono, agregó.

“Esto permitirá desarrollar la capacidad en el sector privado, para que cuando el mercado esté listo en 20 años, podamos tener proyectos en gran escala que se puedan emprender rápidamente”, explicó Herzog.

En todo el mundo hay actualmente unos 20 a 30 proyectos “serios” en los que se está intentando capturar emisiones de las centrales eléctricas, finalizó Herzog.

Etiquetas: cambio climático, captura, Dióxido de Carbono, EEUU, EPA