Festival rinde homenaje a culturas de México, Haití y Asia y el Pacífico
Festival Smithsoniano rinde tributo especial al arte de Haití
Por Ralph Dannheisser Redactor Washington – Cuatro hombres con llamativos atuendos ascienden a lo alto de un poste de madera y se lanzan al vacío desde una estrecha plataforma. Con cuerdas atadas alrededor de sus cinturas, se tiran de cabeza y giran alrededor del poste en círculos cada vez más amplios, y en dirección al suelo.
En cuestión de uno o dos minutos aterrizan en la Explanada Nacional de Washington, en la 44ª edición anual del Festival Folklórico Smithsoniano, ante los vítores y aplausos de la multitud que los observa.
Este angustioso descenso de un poste de 13 metros por un cuarteto de intrépidos hombres de la comunidad teenek de Tamaletón, en San Luis Potosí (México) es una demostración de la antigua ceremonia del Palo Volantín (también denominada Danza del Bixom Tíiw), que se realiza con la esperanza de que haya una buena cosecha de maíz.
“Los voladores traen simbólicamente la lluvia a la tierra, la conectan con la Madre Tierra”, explicó Olivia Cadaval, curadora de la programación correspondiente a México en el festival.
El Festival Folklórico Smithsoniano rinde homenaje a las tradiciones culturales del continente americano y el resto del mundo. Este año, destacó a los pueblos de ascendencia asiática o de las islas del Pacífico que viven en Estados Unidos, así como las tradiciones artísticas y agrícolas de México. En reconocimiento del terremoto de enero en Haití, se organizó también un homenaje especial con la participación de artistas y músicos haitianos y la venta de pinturas y artesanías para ayudar a la revitalización cultural del país isleño.
Durante el festival de este año, que se celebra cada año a finales de junio y principios de julio, los visitantes pudieron observar a un chef estadounidense de origen chino deshuesar un pollo o a una mujer mexicana wixárica (huichol) preparar un guiso indígena de pollo y semillas de calabaza molidas; o también aprender a confeccionar muñecas japonesas y máscaras coreanas; a bailar con bailarines de Samoa en el escenario; ver lucha libre de Mongolia; o animar a Los Chinelos, bailarines del estado mexicano de Morelos, ataviados con disfraces, que se burlan de los colonizadores españoles de los siglos XVI y XVII.
Otro programa del festival destacó los proyectos que lleva a cabo la Institución Smithsoniana en diversos lugares del mundo.
Los propios espectadores ejemplificaron la mezcla de culturas, que es el objetivo principal de este festival. Por ejemplo, una familia estadounidense de origen mexicano se dirigió a la caseta Asian Fusion (Fusión asiática) para ver demostraciones de artes marciales con raíces en Corea y las Filipinas. Una pareja de la India probó comida china en una de las cuatro casetas que ofrecían comida de distintos lugares de Asia y México, además de barbacoa estadounidense.
Entretanto, el inmigrante paquistaní Altaf Shah y su familia aplaudían a los artistas del Palo Volantín. “Es hermoso, es increíble, es insólito”, dijo Shah. “Mis hijos están muy entusiasmados”.
“Fue genial cuando el hombre estaba bailando encima del poste”, dijo la hija de Shah, Hifza. Otra hija, Nayab, agregó: “A mí me gustó cuando giraban colgados de la cuerda”.
MÉXICO
Cadaval explicó que el impulso para organizar el programa de México fue la celebración del bicentenario de la independencia de ese país, así como su revolución hace cien años.
Más de cien participantes músicos, bailarines, cocineros y artesanos se trasladaron a Washington desde 18 zonas distintas de México. “El festival y sus demostraciones no tratan de nacionalismos, sino de la diversidad y textura de las numerosas culturas diferentes que existen y prosperan hoy”, aclaró.
“Hemos presentado 18 historias de distintas comunidades para dar a conocer un poco lo que es México”, dijo Cadaval. “Cada comunidad representada aquí desde el norte de Sonora en la costa del Pacífico, bajando al sur hacia Yucatán, Campeche, Guadalajara, Jalisco, Durango tiene sus propias inquietudes culturales particulares”.
Citó “la metáfora de la ‘x’ en México como ejemplo de la confluencia de culturas que se han aglutinado en ese país. Antes de que llegaran los españoles, había muchos tipos de grupos indígenas, cada uno con tradiciones diferentes”.
ESTADOUNIDENSES DE ORIGEN ASIÁTICO Y DE LAS ISLAS DEL PACÍFICO
Los participantes del programa Asia-Pacífico en Estados Unidos (APA) del festival provienen de 30 países asiáticos y de 24 países, regiones y grupos de las islas del Pacífico.
“Todos los que participan en el festival son estadounidenses cuyos antecesores tienen origen asiático o de las islas del Pacífico”, explicó el curador Phil Tajitsu Nash, un estadounidense de origen japonés. “Todos nosotros, como estadounidenses, vivimos en nuestras respectivas localidades, pero cada vez más tenemos lazos globales”, debido a los negocios, los lazos familiares y los viajes.
El festival destaca la diversidad de la comunidad de APA, así como las maneras en que las tradiciones se conservan y también se transforman. Algunos chef han adaptado las recetas de platos tradicionales para incluir nuevos ingredientes, explicó Nash. O algunos de los bailes Folklóricos puede que incorporen movimientos de jazz o claqué.
El principal lugar de encuentro era una caseta denominada Asian Fusions (Fusiones de Asia) y Nash explicó que “estamos tratando de disipar el mito de que somos una comunidad monolítica […] Hay muchas fusiones diferentes de cosas”.
En la caseta de actividades para familias, Max Heckscher, de cuatro años de edad, estaba aprendiendo a escribir su nombre en el idioma laosiano, bajo la tutela de Saly Chittavorabong, un estadounidense con origen en Laos. Un participante estadounidense de origen birmano había pintado una pequeña hoja amarilla en la mejilla de Max. Cerca de allí, Maya Griffin, de ocho años de edad, y su hermano Liam, de seis, estaban jugando el antiguo juego de mesa chino Go. Maya dijo que también habían disfrutado probando las comidas asiáticas. “Nos dieron fideos y brócoli”, dijo. “Y un rollo de huevo”, agregó Liam.
HAITÍ
En la caseta Marketplace, estaban a la venta artículos de México y de la comunidad APA, junto con artesanías y pinturas de 77 artistas haitianos. Los fondos recaudados de la venta de estos artículos contribuirán a la revitalización de la artesanía tradicional en Haití. Entre los invitados especiales cabe destacar a la artista Mireille Delisme, conocida por sus estandartes decorados con lentejuelas, algunos de las cuales incorporan diseños vudú, y Levoy Exil, maestro de la escuela de Saint Soleil y uno de los pintores más conocidos de Haití.
“Esta es la forma en que Estados Unidos puede echarnos una mano para que podamos levantarnos de donde estamos”, dijo Exil.
Una noche, el grupo musical Boukman Eksperyans, candidato al premio Grammy, y el cantautor Tines Salvant celebraron un concierto en homenaje a Haití.
Geri Benoit, embajador de Haití ante Italia y ante los organismos de la ONU con sede en Roma, se detuvo a saludar a Exil. “El hecho de que la Institución Smithsoniana haya dado a los artesanos haitianos la oportunidad de poder vender sus obras es muy importante para nosotros”, dijo. “Ha sido un año muy difícil”, agregó. Benoit ha trabajado en estrecha colaboración con la Institución Smithsoniana en la organización de actividades dirigidas a preservar y restaurar el arte haitiano.
Benoit estuvo acompañada por Richard Kurin, subsecretario de la Institución Smithsoniana para la Historia, el Arte y la Cultura. La institución considera que su papel no es sólo ayudar a restaurar obras de arte dañadas en el terremoto, sino también fomentar la labor de artistas, artesanos y músicos actuales, dijo.
“Si podemos contribuir a reactivar el sector cultural en Haití para que los artistas puedan ganarse la vida y se les valore por ello, entonces estaremos ayudando a la recuperación económica general de Haití”, dijo Kurin.
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://www.america.gov/esp ) ************************************************************
Etiquetas: folclore, Haiti, México, USA