Facilitar el uso de la tecnología para los maestros
Por Mark Trainer Staff Writer Washington – Los mejores profesores dedican años a desarrollar los métodos por los que se conectan con sus estudiantes en el aula. Por tanto, es comprensible que los que encuentran un método que les funciona sean reacios a reestructurar sus planes de lecciones para incorporar elementos desconocidos y no probados.
Debido a que las nuevas tecnologías encierran el potencial de alterar o incluso dejar obsoleta la tradicional aula, los maestros buscan el equilibrio adecuado que les permita aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología en el aula, sin perder lo mejor de los métodos tradicionales de enseñanza.
Holly Rocchetti enseña quinto grado en la Escuela Comunitaria de Mount Vernon en Alexandria (Virginia). Comenzó a enseñar hace seis años en un salón de clase cuyos libros, pupitres y pizarrón eran similares a los salones de clases en los que recibió su educación en su infancia. En muchos sentidos, su salón de clases actual es igual al de su infancia: hay carteles en cartulinas de colores colgados en las paredes y estantes con libros en un rincón de lectura. Pero además de esos elementos familiares, también hay un gran tablero inteligente Smart Board conectado a un lector de documentos en la parte delantera de la sala, un carro con computadoras portátiles pequeñas, y hasta un par de iPads.
El Smart Board se ha convertido en un elemento central de la enseñanza de Rocchetti. A veces es un reemplazo más conveniente para las herramientas de enseñanza más antiguas. El lector de documentos conectado le permite mostrar el trabajo del estudiante escrito a mano en la pantalla grande, como lo haría con un proyector, pero sin la necesidad de transparencias. Sin embargo, el Smart Board también funciona como una pantalla táctil de gran tamaño en la que el profesor y los estudiantes pueden hacer todo lo que pueden hacer con una pizarra, y mucho más.
Rocchetti admite que esta herramienta de la que ahora depende era más bien un enemigo la primera vez que la vio. “Poco a poco me abrí paso con él”, dijo. “Definitivamente fue aterrador. Realmente no sabía cómo cambiar mis métodos de enseñanza para incorporar esta cosa”.
Rocchetti ha descubierto que las herramientas de tecnología de su clase son de gran ayuda con las matemáticas y las ciencias. “El Smart Board es ideal para mostrar cosas y que los estudiantes muevan las formas, muevan los números y hagan los cálculos”. Con respecto a las ciencias, agradece la capacidad de utilizar los recursos de Internet, para “poder mostrar imágenes más grandes, poder encontrar una imagen de una célula, en comparación con sólo tener el libro de texto donde las imágenes son más pequeñas. Podemos ver un video de una célula que sufre la mitosis”.
¿Utiliza las nuevas herramientas de tecnología en todas sus lecciones? No. Según Rocchetti, cierto aprendizaje se realiza mejor con tecnología más antigua. “Creo que no hay nada como tener que acurrucarse en el suelo con un libro de verdad. Todos mis estudiantes leen libros que pueden sujetar en sus manos”.
No obstante la utilidad que encuentra con estas herramientas del siglo XXI, Rocchetti anima a sus estudiantes a que resuelvan los problemas de matemáticas con lápiz y papel, porque así es la forma en que probablemente lo hacen fuera del aula. Por el contrario, les anima a acostumbrarse a leer en una pantalla de ordenador, ya que así es como van a tener que tomar un número cada vez mayor de pruebas necesarias para avanzar académicamente.
Rocchetti siente que ha sido capaz de despertar el interés en el aprendizaje con herramientas que no estaban a disposición de los maestros que tuvo cuando ella tenía la edad que tienen sus alumnos. En fechas recientes, su clase entrevistó a otra clase de quinto grado a cientos de kilómetros de distancia, en Nueva Jersey, para una lección de Ciencias Sociales con la ayuda de un software de videoconferencia. “Cuando pienso en el quinto grado, nosotros nos sentábamos en hileras. No trabajábamos juntos. Era todo muy independiente, con un montón de memorización. Definitivamente creo que esto es mucho más participativo”, dijo.
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