Exhiben 200 piezas arqueológicas inéditas en Museo de Arqueología de Occidente
Se muestran por primera vez objetos de más de dos mil años de antigüedad correspondientes a la tradición funeraria Tumbas de Tiro.
Se muestran por primera vez objetos de más de dos mil años de antigüedad correspondientes a la tradición funeraria Tumbas de Tiro La exposición detalla la costumbre mortuoria del Occidente de México, así como la manufactura de figuras y recipientes de cerámica, y joyería de obsidiana. Jueves, 26 de Abril de 2012 13:48. Un conjunto de alrededor de 200 piezas de barro y obsidiana, de más de dos mil años de antigüedad correspondientes a la tradición Tumbas de Tiro, son exhibidas por primera vez en la exposición Inspiración en barro, arte y cultura de la muerte. Colección Collignon, en el Museo de Arqueología de Occidente, en Guadalajara, Jalisco.
La muestra, curada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), da cuenta de la tradición funeraria conocida como Tumbas de Tiro característica del Occidente de México, así como de la manufactura de figurillas, esculturas y recipientes de cerámica, y de joyería hecha en obsidiana.
“La tradición Tumbas de Tiro desarrollada en lo que hoy son los estados de Jalisco, Colima, Nayarit, y en menor medida en Zacatecas y Michoacán, corresponde a una costumbre funeraria en la cual los muertos eran depositados en cámaras subterráneas por las que se tenía acceso a través de un tiro vertical, cuya profundidad oscila entre los 2 y 18 metros”, explicó la arqueóloga Martha Lorenza López Mestas Camberos, delegada del INAH en Jalisco y curadora de la exposición.
La arqueóloga López Mestas indicó que la muestra explica a los visitantes en qué consistía dicha tradición mortuoria, a partir de la reproducción de una tumba de tiro en la que se incluyeron esculturas, ornamentos, comida y recipientes de barro como vasijas, ollas y cuencos, a la usanza de las tumbas prehispánicas.
Asimismo, la exhibición da a conocer al público cómo era la producción alfarera característica del Occidente de México, durante los periodos Preclásico Tardío (300 a.C.) y Clásico Temprano (450 d.C.), en que la región fue ocupada por poblaciones prehispánicas que han sido agrupadas en la tradición Tumbas de Tiro, debido a que compartieron dicha costumbre funeraria.
“Son características de la región piezas de cerámica, en su mayoría ocre (de tonalidades rojiza a café), con figuras de animales, vegetales —algunas de ellas ahuecadas a manera de vertederas— y antropomorfas, principalmente en forma de mujeres embarazadas, aludiendo a la fertilidad, además de guerreros, caciques y jugadores de pelota, que hacen referencia a la fortaleza”, describió la arqueóloga López Mestas Camberos.
“Existen algunas variaciones entre los objetos de cerámica, según el estado de la República del que proceden, por ejemplo, las figuras de Colima se caracterizan en gran medida por ser piezas sencillas y monocromas, sin diseños; en el caso de los objetos de Nayarit, por lo general tienen modelados de diversos animales como perros, armadillos y caracoles, así como figuras humanas de mujeres y hombres, todos ellos ricos en policromía.
“En tanto que las figuras de Jalisco, dijo, se caracterizan por ser piezas antropomorfas con cabezas muy alargadas y nariz prominente, y de las cuales es posible apreciar pequeños detalles, como las uñas en pies y manos, y el diseño de dientes y de glóbulos oculares, lo cual habla de la minuciosidad de sus alfareros”.
En la exposición destaca una escultura de aproximadamente 35 cm de alto y 22 de ancho, con la figura de un líder, posiblemente un cacique, que se encuentra de pie con un abanico en una mano y un bastón de mando en la otra, y del que se puede apreciar su vestimenta compuesta por un calzoncillo y un tocado con una banda cruzada.
De igual forma, se exhibe una vasija de Colima de 24 cm de alto, compuesta por un cajete de 32 cm de diámetro, sobre el cual descansan representaciones de alimentos que quizá sean camarones de río, conocidos en la región como chacales.
Además, se muestran alrededor de 10 figurillas de perritos —de dimensiones variadas— originarios de Colima y el centro de Jalisco, de superficie brillosa debido al pulimento tan fino que recibieron, los cuales destacan por su valor simbólico, “pues para las poblaciones prehispánicas del Occidente de México eran los guardianes de los muertos y sus guías durante el recorrido al inframundo”, señaló la especialista del INAH.
Asimismo, se exhiben algunos pendientes para la creación de collares, elaborados en obsidiana negra y café rojizo (esta última característica de la región), que poseen diversas figuras como círculos, cruces, medias lunas y figuras humanas.
De acuerdo con la especialista del INAH, 60% de las piezas que se muestran han sido restauradas por alumnos de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente, en la ciudad de Guadalajara, como parte de un acuerdo de colaboración, para dar estabilidad y conservación preventiva a cada uno de los objetos.
“Las intervenciones iniciaron en 2006 y continúan hasta la fecha en temporadas anuales que van de marzo a julio o agosto, a través del taller de cerámica coordinado por la restauradora Cecilia González; a las piezas se les aplicó un tratamiento de limpieza para retirarles tierra y sales, y se atendieron fracturas y faltantes que presentaban para darles estabilidad”, mencionó Martha Lorenza López Mestas.
Los aproximadamente 200 objetos que conforman la exposición Inspiración en barro, arte y cultura de la muerte. Colección Collignon, forman parte de las casi 5 mil piezas que adquirió el coleccionista Mario Collignon de la Peña durante los años cincuenta y sesenta, de las cuales 90% corresponde al Occidente de México. La colección completa fue entregada al INAH en 1995 por parte de la familia del coleccionista, una vez fallecido éste en ese mismo año.
La muestra se conforma de cuatro módulos temáticos: Presentación, La Sociedad, Naturaleza y Medio Ambiente y Ritualidad, que versan sobre la ubicación geográfica en México y la explicación de la tradición Tumbas de Tiro, la composición de la sociedad prehispánica de la región y la identificación de sus jerarquías a partir de la construcción de las tumbas (por dimensión, ausencia o presencia de centros ceremoniales sobre ellas) y la riqueza de las ofrendas.
Además, se toca el tema de la importancia de la naturaleza para dichas civilizaciones antiguas, al evocarla continuamente a través de diversas piezas zoomorfas y de vegetales, así como del simbolismo de algunas figuras como los perros, guardianes y guías de los muertos, o las mujeres embarazadas que refieren a la fertilidad de la tierra y por tanto a la agricultura.
El Museo de Arqueología de Occidente se localiza en Zaragoza s/n, entre las calles Reforma y San Felipe, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Horario: 10:00 a 18:00 horas, de martes a domingo. Entrada gratuita.
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