Estrategia de Obama para el control de drogas: Prevención para reducir la demanda
El plan pretende reducir el índice de consumo de drogas en los jóvenes estadounidenses
- 13 de Mayo de 2010
- Por: Ramiro Gómez
Por Stephen Kaufman Redactor Washington – La nueva estrategia de la administración Obama para el control de drogas está dirigida a reducir la demanda de narcóticos ilegales en Estados Unidos, en parte en reconocimiento de la forma en que la delincuencia organizada obtiene ganancias del comercio de drogas, al tiempo que además se pretende establecer alianzas con otros países.
En declaraciones pronunciadas en Washington el 11 de mayo, Gil Kerlikowske, director de la Oficina de Políticas para el Control Nacional de Drogas (ONDCP), dijo que tanto él como otros funcionarios de la administración Obama reconocen que es “imperativo” reducir el consumo de drogas en Estados Unidos, y que Estados Unidos está “firmemente comprometido a aplicar una estrategia equilibrada” en los esfuerzos para erradicar el flujo y consumo de drogas ilegales.
“Gran parte de la delincuencia organizada se encuentra de hecho fuera de las fronteras [de Estados Unidos], y confrontamos esa responsabilidad directamente por medio del fuerte énfasis que colocamos tanto en la prevención como en el tratamiento a nivel nacional”, expresó Kerlikowske.
La estrategia nacional de control de drogas asigna más recursos a la prevención y el tratamiento, e incluye apoyo para programas comunitarios antidroga e iniciativas por parte de los que proporcionan cuidados de salud para el diagnóstico de problemas de drogas antes de que los consumidores se vuelvan adictos. Asimismo, expande el tratamiento para el consumo de drogas más allá de centros especializados hacia instituciones generales de cuidados sanitarios.
Según el resumen ejecutivo de la estrategia, el énfasis en la prevención del consumo de drogas es “una manera efectiva en los costos y de sentido común para construir comunidades seguras y sanas”, al citar una investigación sobre el desarrollo del cerebro en los adolescentes que muestra que “aquellos que cumplen 21 años de edad sin desarrollar una adicción, tienen muy pocas probabilidades de desarrollarla posteriormente”.
El plan pretende reducir el índice de consumo de drogas en los jóvenes estadounidenses en un 15 por ciento para 2015, así como reducciones similares en las áreas de consumo crónico de drogas, muertes provocadas por su consumo y conducir bajo la influencia de las drogas.
Con el propósito de fortalecer alianzas internacionales, el plan hace un llamado para llevar a cabo operaciones conjuntas de aplicación de la ley así como la promoción de formas alternativas de subsistencia para agricultores de coca y opio en todo el mundo.
Pueblos y sociedades en todo el mundo “soportan una inmensa carga” por el consumo de las drogas, dijo Kerlikowske. La nueva estrategia de Estados Unidos para el control de drogas no sólo ayuda a gobiernos estatales y locales de Estados Unidos a desarrollar sus propias estrategias sobre las drogas, sino que también puede proporcionar ayuda a otros países que se enfrentan al problema.
“Invitamos a los socios internacionales a intercambiar las experiencias que Estados Unidos ha adquirido sobre la respuesta al consumo de drogas. Los tribunales dedicados a asuntos de drogas y coaliciones comunitarias antidrogas en particular, pueden ser de mucha utilidad”, indicó Kerlikowske.
El director de la ONDCP citó una alianza de Estados Unidos con autoridades mexicanas en 2009 para abrir el primer tribunal dedicado a asuntos de drogas del país en la ciudad de Monterrey, aprovechando los 20 años de experiencia en Estados Unidos en que los tribunales han ayudado a reintegrar a la sociedad estadounidense a aquellos involucrados en el consumo de drogas.
“Otra cosa que aprendimos, ciertamente de México, es la cantidad de programas de prevención y los estuches que han preparado para entregar a niños en las escuelas de ese país con el propósito de ayudarles”, explicó.
Asimismo, Kerlikowske destacó la financiación de Estados Unidos para más de 700 coaliciones comunitarias que proporcionan capacitación y educación local para desalentar el consumo de drogas, y mencionó que esos tipos de programas “pueden tener éxito para nuestros socios extranjeros”.
“Las personas que recibieron esa capacitación ahora han viajado a diversos países en América del Sur para hablar sobre cómo se pueden aplicar a nivel básico, a nivel comunitario, los programas de prevención así como a desarrollar una resistencia al consumo de drogas que a largo plazo hará que ciudades y poblaciones sean más seguros y, por supuesto, hará que todos nosotros estemos más seguros aquí”, explicó.
Además, Estados Unidos puede proporcionar ayuda técnica para el tratamiento de drogas, interceptación, investigación y cooperación en la aplicación de la ley, indicó.
Kerlikowske dijo que la administración Obama considera el consumo de drogas más como un problema de seguridad pública y salud pública que como una cuestión penal que haga hincapié en el castigo y el encarcelamiento.
“Hemos estado hablando sobre una guerra contra las drogas durante 40 años. No pienso que el público estadounidense perciba un enorme nivel de éxito no que no se haya conseguido algo en una guerra contra las drogas. Llamarla una guerra en realidad limita los recursos, y fundamentalmente el recurso más grande en una guerra es algún tipo de fuerza”, expresó.
“Necesitamos contar con una estrategia equilibrada e integral para tratar con esto en vez de sólo verlo desde el aspecto penal”, señaló el director, y esas son “las opiniones que se ven reflejadas… en la estrategia del presidente Obama”.
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