EPN: Recuperar la paz y libertad de los mexicanos
-México merece y puede estar mejo
En los últimos años, como país hemos visto deteriorarse aceleradamente nuestras condiciones de seguridad y de calidad de vida. El número de homicidios y de secuestros prácticamente se ha triplicado. En muchas ciudades, las familias son prisioneras en su propia casa al no poder salir a las calles sin temor a ser asaltadas o secuestradas. La actual situación es socialmente insostenible, económicamente dañina y moralmente inaceptable.
Estoy convencido de que México merece y puede estar mejor. Al iniciar mi campaña como candidato a la Presidencia de la República, establecí cinco grandes compromisos para cambiar al país. El primero de ellos es recuperar la paz y libertad de los mexicanos.
Si bien he reconocido que el Gobierno Federal tomó la decisión correcta de enfrentar con determinación a la delincuencia organizada, también he señalado que la estrategia ha sido equivocada, al centrarse en el uso de la fuerza. Necesitamos cambiar de paradigma. Debemos construir una seguridad pública orientada a la protección del ciudadano a partir de una estrategia que tenga un rumbo claro y sea eficaz.
Por ello, planteo una Nueva Estrategia Nacional para Reducir la Violencia de carácter transexenal, consensada con los tres poderes y órdenes de gobierno, la sociedad civil organizada, los medios de comunicación y los partidos políticos. Esta estrategia de Estado deberá contar con un adecuado respaldo presupuestal y se centrará en los siguientes ejes: crear una política nacional de prevención del delito; reestructurar y profesionalizar a las policías del país; modernizar y mejorar el sistema de justicia; consolidar un sistema penitenciario que reforme y no forme delincuentes; y focalizar los esfuerzos en las zonas con mayor violencia. Con esta nueva estrategia me comprometo a disminuir significativamente las tasas de homicidios y de secuestros del país, así como las extorsiones.
Es fundamental crear una verdadera política nacional de prevención del delito para atacar sus causas y no sólo sus consecuencias. Debemos fortalecer la capacidad del Estado para garantizar condiciones básicas y oportunidades reales de desarrollo a todos sus ciudadanos, ya que la violencia está estrechamente relacionada con la falta de las mismas. Por ello, impulsaré un Sistema de Seguridad Social Universal que proteja a todos los mexicanos en situaciones de especial vulnerabilidad como las enfermedades, el desempleo o la vejez; mejoraré la calidad y la equidad educativa con Escuelas de Tiempo Completo en educación básica, cobertura universal de preparatoria y el aumento de la matrícula universitaria en 1. 5 millones de estudiantes. Asimismo, lanzaré la Plataforma “Grandeza Deportiva Mexicana” para acercar a niños y jóvenes al deporte y alejarlos de las drogas y crearé nuevos espacios públicos para el sano esparcimiento. En suma, cerraré las puertas de la criminalidad y abriré las ventanas de la oportunidad.
Por otra parte, es prioritario restructurar y profesionalizar a las policías del país. Duplicaré el número de efectivos de élite de la Policía Federal y apoyaré la creación de policías estatales únicas en las entidades. El objetivo es elevar su capacidad de respuesta, evitando la actual fragmentación de las fuerzas municipales. Para apoyar a estas corporaciones, implementaré una genuina carrera de formación policial, con academias regionales en las que reciban capacitación adecuada, salarios y prestaciones a la altura de su labor.
Para fortalecer la lucha contra el crimen organizado en los municipios de mayor debilidad institucional y operativa, apoyaré la creación de una Gendarmería Nacional. Este nuevo cuerpo de seguridad pública, de origen militar, pero bajo mando civil, llevará a cabo tareas policiales en un marco legal que garantice el pleno respeto a los derechos humanos de los ciudadanos, incluido el derecho a su seguridad.
Asimismo, daré prioridad al combate contra el lavado de dinero y el tráfico ilegal de armas. En este sentido, se realizarán acciones de inteligencia contra las finanzas de las redes criminales, modernizaré las aduanas y fortaleceré la cooperación internacional, particularmente con Estados Unidos. Además, crearé la Comisión Nacional Anticorrupción, encargada de vigilar y sancionar este cáncer.
Igualmente, se debe modernizar y mejorar el sistema de justicia. Aceleraré la instauración en todo el país del nuevo sistema de justicia penal acusatorio y oral –como lo hicimos en el Estado de México– y lo implementaré al 100% a nivel federal.
Como complemento de lo anterior, impulsaré la consolidación de un sistema penitenciario que reforme y no forme delincuentes. Apoyaré la modernización y construcción de centros de reclusión que cuenten con la infraestructura y tecnología acorde con sus niveles de seguridad y custodia y que promuevan profesionalmente la reinserción social.
También es necesario focalizar los esfuerzos. Nos concentraremos en recuperar el control y generar oportunidades de desarrollo en las zonas más violentas, aquellas con poca presencia del Estado y en las cercanas a las rutas del narcotráfico, en estrecha coordinación con los gobiernos y las poblaciones locales. Asimismo, fortaleceré la seguridad en las carreteras federales.
En esta nueva estrategia, la atención a las víctimas del crimen y a sus familiares será una prioridad. No es posible reconstruir la paz si se niega a las víctimas su derecho a la justicia, si no se investiga hasta las últimas consecuencias cada crimen y se les apoya de manera integral y profesional.
Evidentemente, el debate no está en combatir o no al crimen, como algunos quieren presentarlo, sino en replantear la estrategia y centrarla en reducir la violencia y proteger al ciudadano. Mi compromiso es recuperar la paz y libertad de los mexicanos.
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