El profesor Juan Díaz de la Torre fue electo como Presidente del Consejo General del SNTE
Concluye XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE
Guadalajara, Jalisco. 28/02/2013. Durante la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE, el profesor Juan Díaz de la Torre fue electo como Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, a través del voto libre, directo, secreto y nominal.
Durante la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE, el profesor Juan Díaz de la Torre fue electo como Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, a través del voto libre, directo, secreto y nominal.
En urnas transparentes, cada uno de los Concejales depositó su voto: 268 a favor, cero en contra y una abstención.
Así mismo se decidió que el profesor Juan Díaz de la Torre mantenga las funciones de Secretario General, hasta que sea electo su sucesor.
Previo a la votación, el Consejo Nacional del SNTE aprobó modificaciones al Estatuto del Sindicato, durante el encuentro de dos días en Guadalajara, Jalisco.
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Guadalajara, Jal., 28 de febrero de 2013.
Versión estenográfica del discurso del Profesor Juan Díaz de la Torre, Presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, al concluir el la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE.
Con el permiso de los integrantes de las mesas de los debates y de todos y cada uno de los integrantes de nuestro Consejo Nacional.
He repetido en algunas otras ocasiones que nadie puede querer lo que no conoce. Quienes nos hemos forjado a partir de nuestra incorporación al Sistema de Educación Pública de este país y que independientemente de que con ese hecho pasamos a ser parte de nuestra organización sindical, asumimos con responsabilidad ese extraordinario privilegio, el privilegio primero de lo que hoy muchos nos critican, el que por ser quienes somos, por nuestro origen social requerimos de la organización para en el colectivo asumir nuestras causas, nuestras reivindicaciones por la dignificación de la educación pública y de los trabajadores que entregan la vida todos los días al servicio de la patria, atendiendo lo que es más sagrado e importante para todos los padres de familia: sus niños, sus jóvenes.
Este proceso de lo colectivo está siendo o intentando ponerse en el banquillo de los acusados, por aquellos que nunca han tenido necesidad de que alguien los represente, porque en muchos casos su origen social les ha dado condición económica que no requieren de eso.
La clase trabajadora de este país a la que orgullosamente pertenecemos los trabajadores de la educación, asume con transparencia y con claridad que reconocer a los viejos sindicalistas que le dieron contenido en 1943 al nacimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, merecen con nuestra conducta ser honrados y rendir honor a aquellos que nos dieron esta organización sindical que representa los intereses de los trabajadores y sus causas por el mejoramiento de nuestras condiciones de vida y de nuestras familias, aspiración a la que no vamos a renunciar; por el contrario, preservar en la unidad esa posibilidad.
Pero al mismo tiempo no hemos sido egoístas y desde hace muchos años, particularmente desde nuestro Congreso en Tonatico, Estado de México, asumimos visionariamente que no sólo deberíamos consolidar el carácter nacional y unitario de nuestro sindicato, preservar y consolidar el carácter democrático, el reconocimiento al Frente Amplio con el que nació nuestro sindicato en el 43.
Entender que como los dedos de una mano, y como en toda familia, tenemos diferencias por geografía, por formación profesional y por muchos otros factores, pero la conciencia sindical prevalece en todos y cada uno de nosotros y por eso, además de consolidar ese carácter y fortalecer su democracia, decidimos en Tonatico, Estado de México, que teníamos que ir a la siguiente etapa de la lucha de nuestra organización sindical y su vinculación con las causas de los mexicanos, y esa fue acreditar en los hechos nuestro derecho a presentar alternativas y propuestas para el mejoramiento de la calidad de la educación del sistema de educación pública.
Y lo hemos asumido con responsabilidad, quienes tenemos el privilegio de tener un puesto transitorio en la dirigencia, dando la pelea por las causas y los derechos y las conquistas de los trabajadores, de nuestros compañeros, y los que no tienen un cargo de dirección sindical, dando la pelea todos los días en las aulas, al lado de nuestras comunidades, al lado de los padres de familia, y fundamentalmente teniendo claridad de que, para quienes tenemos el privilegio de ser maestros, y en miles de casos, me atrevo a decir en cientos de miles de casos, que por nuestra propia decisión y con nuestros propios recursos, cientos de miles de maestros han ido a su profesionalización, y son miles que con sus recursos se incorporan a los diplomados, a las maestrías, a los doctorados, a las especializaciones, pagándolo, porque sabemos que el reclamo y el imperativo de la sociedad es que seamos mejores, y simplemente, si solo fuera esa la razón, es por la que la dirigencia asumió desde entonces que nuestra capacidad de propuesta para la mejora de la educación debía dinamizarse y asumirse como un reto de la misma dimensión y calado que la defensa de nuestros derechos.
Eso lamentablemente no gustó a muchos, no gustó a muchos y han querido desde entonces arrinconarnos en un gremio y en una organización que sólo se sujete desde una visión gremialista a no comprometernos y a escindirnos de nuestra responsabilidad frente a nuestros niños y jóvenes. No lo han conseguido, pero sí han conseguido en una campaña sistemática, descarada, desacreditar a los maestros, desde hace cuando menos tres o cuatro años. Desacreditando a los maestros, denigrándolos, estigmatizándolos y, en ocasiones, linchándolos moralmente.
No hay, desde mi formación profesional y desde mi experiencia pedagógica y educativa, ningún país en la historia de la humanidad que haya alcanzado los objetivos de desarrollo a partir de la denigración de sus maestros. Es un crimen lo que están haciendo.
Hoy, en este momento histórico para la vida del sindicato, que pone en el centro de nuestras decisiones no protagonismos personales, ni satisfacción de egos de ninguno de nosotros, sino en la necesidad de asumir con claridad y con responsabilidad de que es necesario para México y para el Magisterio preservar a nuestra organización sindical, manteniéndolo en el rango de lo que somos, una organización legal y legítimamente constituida, que es lo más alejado que pueda existir de ser un poder fáctico, como se nos ha querido señalar.
Nuestra responsabilidad frente a la Nación ha sido ahí siempre, cuidando a nuestras escuelas, llegar hasta el punto de tener que hasta diferenciarnos, públicamente, de algunos de nuestros compañeros que, en una estrategia diferente a la de la inmensa mayoría de los trabajadores, transitan por una ruta que afecta, que lesiona, no sólo la imagen de los maestros, sino el servicio educativo que en un país como el nuestro es inaceptable que se haga.
Pero al final de cuentas también maestros somos todos, independientemente de nuestras diferencias y hoy aquí ha quedado expresado en el desarrollo todo del Consejo y en esta última parte, de que la premisa sustantiva de nuestra organización y de la que hemos dado una muestra una vez más, es la unidad, la unidad no como una frase retórica del discurso sindicalista desde el siglo XIX, sino la unidad en la acción que nos plantea el imperativo, de que al reconocernos de esa manera podemos servirle mejor a la Nación, podemos servirle a nuestro Sindicato y podemos decirlo también y no podemos ni tendríamos por qué avergonzarnos para mejorar nuestras condiciones de vida salariales, profesionales, asistenciales y de todo organización sindical.
El compromiso que hoy refrendamos frente a la sociedad, es ese: luchar por preservar las conquistas que el Sindicato ha alcanzado para los maestros desde el 43.
Reivindicar aquellas que el mundo moderno nos plantea, e ir por más; pero en la misma dimensión, reiterar de frente a la sociedad, de frente al estado mexicano, de frente a los padres de familia que ese compromiso es igualmente indeclinable, porque asumimos que más allá del discurso es verdaderamente la palanca que pueda poner a nuestro país en el lugar, no sólo que se merece, sino que nos está reclamando toda la sociedad.
En lo que a nosotros corresponde, los maestros lo seguiremos haciendo, nuestra responsabilidad frente a la Nación es esa.
Además de la unidad y en esta hora de decisiones importantes, es importante también señalar que una segunda premisa es afirmar que ese carácter que se le dio a nuestro Sindicato por los viejos sindicalistas en el 43, vamos a luchar por que se preserve, el carácter nacional del Sindicato, de Baja California a Yucatán, de Tamaulipas a Colima, del Distrito Federal a Nuevo León y en todas las latitudes, porque al final por nuestro origen, por nuestro compromiso, maestros somos todos.
La lucha que dan los compañeros de la Sección 59, aliándose con los padres de familia en Oaxaca, debe de conocerla la sociedad mexicana; los niveles de responsabilidad que han alcanzado los compañeros en un estado como Nuevo León, en la Sección 21 y 50, con posibilidades de construir una mejor calidad de vida para los maestros debe ser ejemplo para muchos que no tenemos en algunas secciones esas características.
Pero también buscar la posibilidad de que aquellas secciones en que históricamente han quedado rezagadas en estas conquistas, dar la pelea todos por lo mismo, no una pelea irracional, ni una pelea desenfrenada que busque avasallar y no reconocer que hay muchos millones de mexicanos, cada quien maneja sus cifras a su arbitrio, pero la realidad es que hay millones de mexicanos que no tienen las condiciones mínimas como las tenemos nosotros, porque todos y cada uno de nosotros tenemos un familiar, un vecino, un pariente, un conocido que no tiene empleo y que en ocasiones ese desempleo no sólo es abierto, sino que implica incorporarse al subempleo, en tirar por la borda los grandes recursos económicos, financieros y humanos que invirtió la sociedad mexicana en la formación de esos profesionistas y que no hay una oportunidad para ellos.
Por eso en la coyuntura actual de la Reforma Educativa que el país requiere y que nosotros avalamos, es importante que la sociedad conozca que debe de ir acompañada esa reforma por la reforma al sistema de las escuelas normales y de las escuelas formadoras de docentes, no sólo porque da la posibilidad que desde ahí se construya y se defina el perfil del nuevo maestro y que el perfil del egresado se corresponda con lo que hoy la sociedad está reclamando.
No hacerlo es invertir millones y millones de pesos de los impuestos de los mexicanos para generar maestros para el desempleo.
Y la forma indiscriminada en que en los últimos años se han autorizado el funcionamiento de escuelas normales, muchas de ellas seguramente con un buen nivel, pero también una gran parte de las mismas en que lo que son, son negocios; son negocios que no responden a un contenido educativo y pedagógico que reclama el momento que vive México.
Por eso, frente a estos fenómenos las decisiones que hoy hemos tomado es, como aquí se ha dicho, requerimos ratificar y preservar a nuestro organización y su carácter legal para que la dirigencia que en todas las instancias representa a los trabajadores pueda preservar este instrumento de lucha para servirle a los maestros, para servirle a México, para servirle a nuestros alumnos.
Pero además de eso es importante señalar que nuestra disposición para transformar e ir a la siguiente etapa de las reformas de nuestro Sindicato que se derivan de la última gran crisis de 1989 y que hoy quedaron confirmadas en su parte definitiva los acuerdos que tomamos en el Sexto Congreso Nacional de Quintana Roo, en octubre pasado.
Y esas transitan, fundamentalmente, por dos procesos: entender que la fuerza de la organización sindical está en nuestros compañeros que todos los días están en el aula y que el reto y la obligación de los dirigentes de cualquier nivel es estar con ellos, escuchándolos, atendiendo sus demandas, solucionando las que sean viables, hablándoles con la verdad para identificar aquellas que hay que programar en el corto, en el mediano y en el largo plazo, pero junto con ellos, reconociendo que esa es nuestra obligación, ese es el contenido de la reforma estatutaria que ayer quedó aprobada y que transita por el carácter estratégico del representante de escuela.
En esos 200 mil centros de trabajo o más, un representante de escuela, lo decimos claramente, electo en secreto por los trabajadores de este centro de trabajo y que sean ellos los que libre y democráticamente elijan al que sea el más representativo.
Una vez conseguido esto, transitar a la reiteración de nuestra afiliación sindicalista, entendemos por supuesto el carácter legal y, sobre todo, en la jurisprudencia que está establecida allá en México, la libertad de asociación sindical, pero también reivindicamos el derecho de que si los trabajadores tenemos una visión clara requerimos mantenernos unidos, y eso pasa por servirle a nuestros compañeros y que voluntariamente reiteren su decisión de ser miembros de la organización sindical.
Y segundo, además de esa horizontalización, que en muchos casos se da y que está consolidada esta práctica y esta cultura, pero en otras no necesariamente funciona así. La capacidad de autocrítica que tengamos deberá sustentar la estrategia para que donde estamos bien estimular y donde estemos mejor que nos sirva de guía para donde no lo estamos haciendo, y en donde no lo estamos haciendo entender, voy a decir una frase ordinaria, hay que ponerlos las pilas, compañeros, nuestros compañeros nos han elegido para eso.
Y la otra parte que quedó aprobada en octubre pasado, el Observatorio Nacional del Sindicato, un observatorio que ya está aprobado y que pasa por dos decisiones estratégicas que se tomaron, la fusión del Comité Nacional de Vigilancia y el Comité Nacional de Fiscalización, Transparencia y Rendición de Cuentas, fusionarlo en lo que hoy es el Comité Nacional de Vigilancia, Transparencia y Rendición de Resultados que tiene como imperativo informar, vigilar, no sólo del manejo de los recursos, sino también de la encomienda que tenemos los dirigentes sobre los mandatos que están establecidos en nuestras asambleas, en nuestros órganos de gobierno, para cumplir a los trabajadores.
Y en el observatorio que ya está acordado y que está definido y que iniciará de inmediato, de hecho las decisiones estratégicas que tomamos el día de hoy nos obligaron a 24, 48 horas posponerlo, pero habrá un blog, estará abierto para que la sociedad conozca y ponernos a la vanguardia de todo el movimiento sindical que no lo hay prácticamente en ningún lugar del mundo, para que la sociedad conozca lo que hacemos con nuestros resultados, lo que hacemos con nuestros recursos y, por supuesto, los maestros tengan claridad de lo que estamos haciendo.
Son decisiones que no las tomamos en la coyuntura del momento que vivimos, son decisiones que tomamos mucho antes en la discusión del congreso de octubre, pero que visionariamente quienes fuimos delegados al mismo lo aprobamos, y que no tenemos duda.
Esas tres decisiones del Comité de Vigilancia, del Observatorio Nacional y de la horizontalización son, compañeras y compañeros, el reto para preservar esas transformaciones, son sin lugar a duda la que le darán fortalecimiento y viabilidad al Sindicato para los próximos años.
En nuestras manos, en nuestras manos está lo que ha de morir o lo que ha de volar. Son decisiones y son instrumentos que sin duda alguna rebasarán mucho más allá la expectativa de lo que requieren los trabajadores.
Por eso les convoco, primero, a mantener nuestra estrategia por la preservación de los derechos adquiridos y efectivamente con seriedad, con responsabilidad asumir que en los próximos meses hay que dar una pelea, una pelea responsable, clara, sin ambages, en que esos derechos se preserven, porque los compañeros lo merecen, pero sin estridencias y sin protagonismos, pero si con precisión de que ahí esa es nuestra tarea.
La otra, por lo tanto, a partir del pronunciamiento que hoy se ha aprobado, informar de manera inmediata, independientemente de que lo publiquemos en algunos diarios de circulación nacional, informar de manera directa a todos y cada uno de los trabajadores qué es lo que sucedió aquí; qué discutimos, qué aprobamos y qué decisiones tomamos y por qué las tomamos. Hacerlo significa no ser rehenes de aquellos que teniendo un micrófono y una cámara enfrente, todos los días se han dedicado en los últimos años a denostarnos, a lincharnos moralmente, particularmente yo no tengo en esta responsabilidad que se me ha entregado, ninguna aspiración de estar en los medios, compañeros, ahí deben estar los actores o los que dan espectáculo, nuestra responsabilidad es allá. Si los medios de comunicación quieren saber lo que estamos haciendo, que nos acompañen a las escuelas, que vayan allá donde vamos a estar, eso es todo.
El reto y la tarea, como lo dijimos a partir de nuestra sesión anterior del Consejo Nacional el 20 de diciembre, y que retomamos como mandato a partir del día 3 de enero, es largo compañeros. No es la realización de un evento, no es una marcha, no es un mitin, no es un volanteo, no es una reunión delegacional; es asumir que el privilegio de hablar por los maestros, y que creo es el privilegio mayor que podemos tener, implica asumir que es una lucha larga, permanente, que implica entregar la vida, y nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra capacidad en dar esa lucha. Hacerlo, compañeros, significa, sobre todo, entender que si lo hago con los recursos con los que tenga y con lo que alcance de mi capacidad, simple y sencillamente representa la extraordinaria satisfacción de decir “yo he cumplido con mi deber”, y que el acto protocolario de protestar el cargo me obliga a eso, a aspirar a tener la satisfacción del deber cumplido, quien no lo tenga, responsablemente debe de tomar una decisión, compañeros, quien no tenga esa mística y esa disposición para entregarse a una lucha que va a ser muy larga, dejemos el espacio a otros, dejémoslo, creo que le serviríamos mejor a la organización.
No tengo duda que la inmensa mayoría lo está haciendo. El informe que será presentado y hecho público en unos días por parte de la presidenta del Comité Nacional de Vigilancia, Transparencia y Rendición de resultados, va a mostrar con precisión lo que todos y cada uno de ustedes han venido haciendo, hacia dentro con nuestras compañeras y compañeros, hacia afuera con la sociedad, hacia afuera con las organizaciones sociales y que nos debe de servir como motivación para redoblar el esfuerzo, esfuerzo permanente que significa no desgastarnos, sino cumplir el mandato que tenemos, que es un privilegio.
Son muchos los temas, muchísimos, las vertientes de análisis que tenemos que hacer.
Debemos concluir nuestro Consejo porque jurídicamente tenemos que procesar nuestras decisiones y por lo tanto garantizar que éstas han sido apegadas a derecho y que por lo tanto el instrumento de lucha de los trabajadores, el SNTE, está vigente.
Una vez conseguido esto seguiremos convocándonos de entrada a la siguiente reunión del Secretario Nacional, que también es un órgano de gobierno, para la discusión, el análisis de los siguientes temas, pero todos, como aquí se ha expresado de manera unitaria y espontánea, alrededor de los principios básicos: la unidad y el sentido de identidad y de pertenencia con nuestro Sindicato, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de que tendrá larga vida por el bien de los maestros, de nuestros niños y por el Sistema de Educación Pública.
Muchas gracias a todos.
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