Discurso de la secretaria Clinton en el Foro de la Diáspora Mundial
- 18 de Mayo de 2011
- Por: Yaoltzin Gómez
Departamento de Estado de Estados Unidos Oficina del Portavoz 17 de mayo de 2011 Declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton En la apertura del Foro de la Diáspora Mundial Auditorio Loy Henderson Departamento de Estado SECRETARIA CLINTON: Me emociona tanto estar aquí mirándoles a todos, entrar en esta sala donde a menudo me dirijo a grupos y ver lo llena que está; es el maravilloso resultado de todo el trabajo que se ha hecho en este foro de las diásporas. Están aquí presentes líderes de numerosas comunidades de todo el país: miembros del sector privado, la administración pública, organizaciones filantrópicas, y eso cuenta sólo a los que están aquí. Todos ustedes representan a muchos más.
Me gustaría extender mis saludos más allá de esta sala a los que nos siguen por Internet a través de la transmisión en directo, o a los que visiten los enlaces en los próximos días y años. Me gustaría en especial dar las gracias al Representante Especial Kris Balderston. Como ya les dijo, él y yo hemos trabajado juntos más tiempo del que nos gustaría admitir, y creemos en las alianzas y creemos decididamente que uno de los puntos fuertes de Estados Unidos es nuestra diversidad. Queremos celebrarla, pero aún más importante, queremos que funcione para algo.
Todos provenimos de algún lugar y estoy encantada de que esté aquí representada gente de todas partes, porque eso es Estados Unidos. Creo que, cada vez más, uno de nuestros principales activos como estadounidenses no sólo en nuestras actividades gubernamentales, sino también en nuestra sociedad es alcanzar y, francamente, servir de ejemplo para los demás en lo que respecta a vivir con la diversidad, y al mismo tiempo respetar y estar hasta orgulloso de las tradiciones propias.
En la actualidad, más de 60 millones de estadounidenses son descendientes de primera o segunda generación de diversos grupos de diáspora, y eso encierra enorme potencial. Tenemos que ampliar y profundizar lo que ya está pasando. Sé que hay tantas actividades que son una parte permanente de la vida cotidiana de las comunidades de donde ustedes provienen. ¿Qué harían los países sin las remesas de Estados Unidos? Cuando nos fijamos en el total de las remesas mundiales procedentes de Estados Unidos, esa cifra supera cualquier ayuda exterior que nuestro gobierno pueda otorgar. ¿Cómo podemos utilizarlas mejor para apoyar el tipo de inversiones que no sólo ayuden a las familias, sino que también se extiendan más allá de las familias para llegar a las comunidades?
La verdad es que no es posible para ningún gobierno, por muy buena intención que tenga, afrontar los retos a los que nos enfrentamos, desde los desastres naturales, pasando por el estancamiento económico, la pobreza o los conflictos civiles. Por tanto, necesitamos lo que yo denomino poder inteligente, y eso significa emplear todas las herramientas a nuestra disposición. Y sí, tenemos una fuerza muy importante en nuestros esfuerzos diplomáticos, nuestros profesionales del desarrollo y ciertamente nuestro sistema de defensa. Pero creo que la consolidación de estas coaliciones, el fomento de la iniciativa y la innovación en todo el mundo y los intercambios entre los pueblos, son realmente la esencia del poder inteligente. Y es ahí donde ustedes pueden desempeñar una función.
Ustedes tienen el potencial de ser el recurso de persona a persona más poderoso que podemos compartir con el mundo. Debido a su familiaridad con las normas culturales, sus propias motivaciones, sus destrezas especiales y liderazgo, ustedes son, francamente, nuestro Cuerpo de Paz, nuestra USAID, nuestra OPIC, nuestro Departamento de Estado, todo en uno. No es sólo por lo que ustedes hacen en el plano personal. A menudo, lo que vemos en una crisis es que los primeros que responden, de hecho los primeros que llaman a nuestras puertas, son los que tienen familia, amigos o contactos donde se produjo la crisis. Así que cuando se produce un terremoto en Haití, o disturbios civiles en Trípoli, o numerosos desastres azotan a Japón, se comunican con nosotros los estadounidenses que tienen raíces allí, que tienen relaciones de negocios, que quieren saber cómo pueden ayudar.
La generosidad de nuestro país es legendaria y a menudo recurrimos a ella para aprovechar nuestras actividades aún más de lo que nuestro gobierno puede hacer. También sabemos que muchos de ustedes se han ofrecido cuando otros no quieren o no pueden hacerlo. Ustedes ofrecen su ayuda y abren un negocio o construyen una escuela o proporcionan atención sanitaria. Yo vi la eficacia de las comunidades de la diáspora en el trabajo que he hecho durante muchos años. Sin duda, uno de los ejemplos más importantes y, de hecho, un grupo que ha estimulado muchas de nuestras ideas son los estadounidenses de origen irlandés, porque este colectivo fue fundamental para el proceso de paz en Irlanda del Norte.
Nosotros, por supuesto con el liderazgo de mi marido al nombrar a George Mitchell, dedicamos nuestros esfuerzos a este asunto aunque algunos dijeron: ¿Por qué Estados Unidos se ha involucrado y trata de resolver un viejo conflicto?” Pues bien, una de las razones es porque creemos que tenemos la obligación de tratar de promover la paz en el mundo, pero también porque el colectivo estadounidense-irlandés apoyaba firmemente estos esfuerzos. Fueron ellos los que se acercaron a líderes políticos y organizaciones de la sociedad civil. Fueron ellos los que convencieron a estadounidenses de origen irlandés a invertir en Irlanda del Norte.
La primera vez que Bill y yo visitamos Belfast nos quedamos en un hotel que había sido el lugar de un reciente atentando con bomba y las ventanas estaban aún tapadas. La siguiente vez que volví, después de que se alcanzaron los Acuerdos del Viernes Santo, había un 98 por ciento de ocupación hotelera. Esto puede suceder en otros lugares. Ahora bien, puede que algunos digan: “Pero el conflicto entre católicos y protestantes, pues eso es fácil en comparación con el conflicto en tal o cual lugar”. (Risas). Créanme – (risas) – no fue fácil.
Yo me enfoque, sobre todo, en lograr que las mujeres participen como mediadoras de paz, por lo que convoqué la primera reunión de mujeres de ambas comunidades. Nos sentamos alrededor de una mesa como ésta, y el lenguaje corporal no era muy prometedor. (Risas). A continuación, empezamos a hablar y de repente una madre católica decía por ejemplo: “Me preocupa cada vez que mi hijo sale de noche, porque no sé si volverá”. Y entonces una mujer protestante contestaba: “A mí me preocupa lo mismo con mi marido cuando se va a trabajar”. Y se pusieron a hablar como mujeres, como esposas, como madres, a diferencia de los representantes de comunidades que no podían imaginar cómo cerrar la brecha.
He visto esto también en América Central. Recuerdo estar en El Salvador después de que concluído el conflicto, sentada de nuevo con un grupo de mujeres. Una de ellas había sido líder de los insurgentes. En la selva, tenía su propio nom de guerre. Otra mujer pertenecía a la alta sociedad y había estado en contra de todo por lo que la primera mujer había luchado. De repente dijeron: “Nos cansamos. Nos cansamos de luchar. Nos cansamos de ver nuestros hijos asesinados. Nos cansamos de no ver prosperidad económica”.
Ahora bien, hay algunas comunidades que han venido a nuestro país huyendo de la opresión, buscando oportunidad económica, buscando un nuevo comienzo, y son muy francas al decir, “No queremos tener nada que ver con el lugar del que vinimos. Nunca resolverán sus diferencias, y es un desperdicio de nuestro tiempo. No podemos hacer ninguna contribución”. Yo respetuosamente no concuerdo con eso, y eso es lo que esta conferencia ejemplifica realmente.
Cuando empezamos a trabajar en esto, queríamos crear nuevas maneras de participar y facultar en la tierra de padres y abuelos. Empezamos la Fundación Estadounidense Paquistana, que abrió un canal de apoyo entre los estadounidenses pakistaníes y su antigua patria. Trabajamos con tantos de ustedes para crear la Iniciativa de Liderazgo Estadounidense Mexicana, que yo tuve el orgullo de ayudar a inaugurar anoche, y que anima a los estadounidenses de origen mexicano a participar más profundamente con México en una amplia gama de asuntos, desde los terribles desafíos en materia de seguridad que plagan ciertas partes del país hasta la apertura de más puertas a las oportunidades para los pobres, para aquellos que pretenden comenzar negocios, ser empresarios.
De manera que este Foro Mundial de la Diáspora institucionalizará nuestra estrategia de tres maneras. Como coordinadores, reuniremos a las personas para buscar juntos la manera de cooperar y trabajar en los intereses comunes. Como catalizadores, esperamos que el foro ayude a iniciar nuevos proyectos y proporcione capacitación y ayuda técnica a las personas que las necesiten. Como colaboradores, trabajaremos de cerca con líderes de la diáspora y otros socios para aplicar proyectos y aumentar al máximo nuestro impacto. Nos sentimos muy emocionados de darles la bienvenida a este foro que ha sido un esfuerzo conjunto no sólo del Departamento de Estado, sino de USAID, el Instituto de Política de Migración, la Agencia de Estados Unidos para el Comercio y el Desarrollo, y tantos más.
Cuando los veo a ustedes, a los que conozco de la política. Me complace que estén aquí porque ahora tenemos tantos países que están comprometidos a transiciones democráticas pero que no saben ni lo primero acerca de política. Me he reunido con – con algunos de los líderes jóvenes y los no tan jóvenes del movimiento revolucionario que recorre el Medio Oriente y África del Norte. Me he reunido con jóvenes líderes que están ansiosos por marcar una diferencia. Y cuando les digo, “Bien, y ¿cómo se están organizando ustedes, y qué partido van a crear que reúna a las personas, y cuáles son las cuestiones que apoyarán?”, recibo una mirada fija muy en blanco y la admisión de que tenemos dificultades en llegar a ese paso siguiente.
Ahí es donde muchos de ustedes pueden intervenir. Necesitamos tratar de los conceptos básicos de lo que significa participar en la tarea ardua y a veces frustrante de la política. Esa es la manera en que se logra gobernar en una democracia. Ustedes no fueron escogidos desde lo alto ni lo heredaron de sus padres; tienen que trabajar por ello y demostrar su causa al pueblo. Necesitamos su ayuda para encontrar las mejores maneras de satisfacer lo que consideramos es una de las necesidades críticas de organización política básica.
Estados Unidos no va a dictarle a la gente como organizarse. Se pueden tomar diferentes posiciones, pero creo firmemente que si no hay una participación política vigorosa, muchos de estos movimientos se desvirtuarán, porque demasiadas personas que en su retórica se presentan como democráticas creen tan sólo en una elección una sola vez ¿Verdad? Y demasiados líderes no tienen ningún deseo de transferir el poder. El presidente Obama y yo nos reímos mucho porque tratamos con estos líderes que – están allí por 10, 20, 30, 40 años, y él y yo nos miramos uno al otro y decimos, “Ay cielos. ¿Puede imaginarse usted eso”? El presidente me dijo el otro día, “voy a ganar la reelección, y con eso ya basta”.
Y justo ahora – me acaban de entregar una nota que dice tengo que ir a la Casa Blanca, así que, – como pueden ver, yo podría seguir y seguir hablando, porque esto me emociona realmente. Así que al inaugurar esta Alianza Internacional de Participación de la Diáspora, que muy sabiamente lleva las siglas IDEA (en inglés) — pasamos mucho tiempo en el Departamento de Estado tratando de pensar en cómo podemos poner las palabras para que la primera letra deletree algo – queremos que ustedes sean nuestros socios plenos, lo cual significa que queremos que nos digan lo que debiéramos hacer. Queremos que nos den sus opiniones y recomendaciones. Trabajamos, por ejemplo, con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola en Roma, que nos ayudará a apoyar inversiones de la diáspora en proyectos agrícolas y rurales. Y sé que Kris presentará a nuestros 10 socios de IDEA.
Gracias, gracias, gracias. Espero que recordemos este día en esta sala y veamos realmente que comenzamos algo que se ha esparcido por todo el mundo, mejorando las vidas de tantas personas, dándoles la misma oportunidad que todos nosotros hemos tenido por causa de este país que adoramos y que llamamos nuestra patria. Muchas gracias.
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