Declaraciones del presidente Obama en el Día Mundial de la Libertad de Prensa
3 de mayo de 2012. En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, Estados Unidos rinde homenaje al papel que una prensa libre desempeña en la creación de democracias sostenibles y sociedades prósperas. Rendimos un tributo especial a los periodistas que han sacrificado sus vidas, su libertad o el bienestar personal en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Más de sesenta años después de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamó el derecho de “investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”, ese derecho sigue en peligro en demasiados países.
Si bien este año ha sido testigo de algunos acontecimientos positivos, como la liberación de periodistas, junto con otros cientos de presos políticos en Birmania, en todo el mundo continúan los arrestos arbitrarios y las detenciones de periodistas. Al condenar las detenciones recientes de periodistas como Mazen Darwish, un destacado defensor de la libertad de expresión en Siria, hacemos un llamado a su liberación inmediata, no hay que olvidar otros como el bloguero Dieu Cay, cuyo arresto en 2008 coincidió con una ofensiva masiva al periodismo ciudadano en Vietnam, o el periodista Dawit Isaak, que ha sido mantenido incomunicado por el gobierno de Eritrea desde hace más de una década sin acusación formal ni juicio.
Amenazas y hostigamientos, como los sufridos por César Ricaurte, periodista ecuatoriano y la activista pro democracia exiliada Natalia Radzina de Bielorrusia, y la censura indirecta, incluso mediante restricciones a la libertad de movimiento, como las impuestas a la bloguera cubana Yoani Sánchez, siguen teniendo un efecto amenazador sobre la libertad de expresión y de prensa. Hacemos un llamado a todos los gobiernos para que protejan la capacidad de los periodistas, blogueros y disidentes de hablar y escribir libremente sin represalias y para que dejen de emplear prohibiciones de viaje y otras formas indirectas de censura para suprimir el ejercicio de estos derechos universales.
En algunos casos, no son sólo los gobiernos los que amenazan la libertad de prensa, sino también las bandas de delincuentes, terroristas, o facciones políticas. No importa la causa, cuando los periodistas se sienten intimidados, atacados, encarcelados o son desaparecidos, las personas comienzan a autocensurarse, el miedo reemplaza a la verdad, y sufren todas nuestras sociedades. Ningún país debe permitir que persista una cultura de impunidad para este tipo de acciones.
Este año, en todo Oriente Medio, el norte de África y más allá, el mundo fue testigo no sólo de estos peligros, sino también de la promesa de que una prensa libre es válida para el fomento de las democracias innovadoras, exitosas y estables. En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, hacemos un llamado a todos los gobiernos para que acepten esa promesa y reconozcan el papel vital de una prensa libre y a que tomen las medidas necesarias para crear sociedades en las que los periodistas independientes puedan funcionar libremente y sin temor.
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