Convivio con personal de la VII Zona Militar
Escobedo, Nuevo León, 24 de mayo del 2012.- En el marco de su gira por la entidad, el Presidente Calderón convivió con el personal castrense de la VII Zona Militar.
En un breve discurso, el Jefe del Ejecutivo agradeció a las Fuerzas Armadas su entrega y reconoció el valor que han demostrado al enfrentar a los criminales con determinación, arriesgando sus vidas, contra el crimen organizado. Resaltó que la inacción o la acción tardía hubieran llevado a instituciones y gobiernos a una situación de debilidad difícilmente superable. También los instruyó a seguir trabajando garantizar la seguridad y protección de la sociedad.
A continuación, las palabras del Primer Mandatario.
Muy buenas tardes.
Estimado Subsecretario de la Defensa Nacional.
Señores Generales, Jefes, Oficiales y tropa destacados en esta Región Militar.
Amigas y amigos:
Esta mañana asistí aquí, en Nuevo León, a una reunión, a una Asamblea de Procuradores de Justicia de todo el país.
Pero no quise dejar pasar la oportunidad de estar brevemente con ustedes, para manifestarles, a nombre de la República, a nombre de todas y todos los mexicanos, a quienes represento, para expresarles nuestra gratitud y nuestro reconocimiento por la singular tarea que ustedes están realizando aquí, en Nuevo León y en todo el Noreste del país, señaladamente en los Estados de Tamaulipas, Coahuila, parte de San Luis Potosí y parte de Veracruz.
Sé muy bien, amigas y amigos, que todos ustedes están desempeñando esta labor porque tienen un genuino sentido de lealtad y de patriotismo, que cada una de sus labores la realizan, precisamente, pensando en el país.
Sé muy bien, también, que todas y todos, cada una y cada uno de ustedes, tienen, además, una familia: padres, hermanos, hijos. Y que lo que ustedes están haciendo, amigas y amigos, es también, y fundamentalmente, por ellos.
Es muy importante que el México que heredemos a nuestros hijos sea un México mucho mejor que el que heredamos y que el que tenemos.
Y que ese México, precisamente, una las peores amenazas que ha vivido en muchos, muchísimos años, es la acción despiadada de la delincuencia.
Y que de no haber sido, y de no ser ahora, por el Ejército mexicano, por su valiosa, vigorosa y patriótica presencia, por la defensa de las instituciones, por la defensa de las familias, por enfrentar a los criminales con determinación, y aún a riesgo de la propia vida, de no haber sido por esta acción patriótica, quién sabe qué hubiera sido de México y de los mexicanos.
Probablemente, el no actuar o, incluso, el no actuar a tiempo, hubiera llevado a las instituciones, a los gobiernos, ya no digamos a los gobiernos municipales, que ustedes conocen sobradamente su gran fragilidad, su vulnerabilidad y, por desgracia, en no pocos casos la penetración que han sufrido de los criminales, en los gobiernos locales.
Pero, incluso, las propias instituciones Federales, de no haber actuado a tiempo, quién sabe qué grado de dificultad y complejidad les hubiera tocado enfrentar en el futuro y, quizá, hubiera sido demasiado tarde.
Ustedes han actuado, el Gobierno Federal ha actuado con determinación y, estoy seguro, que apenas, apenas a tiempo. Pero eso nos ha permitido, precisamente, preservar la integridad del territorio nacional y la soberanía, y la autodeterminación de México en cada punto de la República, arrebatarles a los criminales el poder impune, que estaban desplazando o pretendían desplazar en ciertas localidades de la geografía nacional.
Y, por eso, el pueblo de México, y ustedes lo saben, está plenamente agradecido con las y con los soldados de México. Por eso la gente los reconoce y les estima.
Por esa razón, también, en la medida de nuestras posibilidades, a lo largo de la Administración, me he empeñado, como afirmé el 1 de diciembre, en el Campo Marte, a velar por la tropa, a mejorar los ingresos de los soldados rasos, a procurar crédito para la adquisición de vivienda, a mejorar los sobrehaberes, a garantizar becas para las hijas y los hijos de los soldados de México, en la escuela, o en la universidad pública o privada que sea de su preferencia.
A velar, también, por los compañeros caídos en acción, por sus familias, por sus hijos; por otorgarles pensiones decorosas a sus familiares.
Sé que no es suficiente para lo mucho que hacen las y los soldados de México.
Pero sepan ustedes, amigas y amigos, que en el cumplimiento del deber y en el trabajo por la Patria, ustedes ya han puesto muy, muy en alto el nombre del Ejército mexicano y han podido salvar a México en esta hora crucial y definitiva que nos tocó vivir.
Yo les agradezco muchísimo lo que han hecho. Los exhorto y los instruyo a seguir trabajando con denuedo, hasta liberar plenamente a México de estos enemigos; a garantizar la seguridad de las familias; a crear, precisamente, esa red de protección que necesitan los gobiernos locales, municipales, y el Federal mismo, para reconstruir rápidamente sus instituciones; para construir policías y Ministerios Públicos que sirvan a la sociedad y la protejan verdaderamente. Y que eso no hubiera sido posible sin la acción protectora del Ejército Mexicano.
Sigan, sigamos adelante, defendiendo a las familias mexicanas, defendiendo la seguridad interior del país; defendiendo a México, como ustedes, leal, brava y patrióticamente lo están haciendo.
Y tengan la seguridad de que en la perseverancia, en la disciplina, la lealtad y el amor a México está, precisamente, escrita la victoria que veremos.
México está saliendo adelante gracias a ustedes. Y saldrá adelante, estoy seguro, gracias al Ejército mexicano.
Muchísimas gracias.
Y compartamos un momento de los alimentos, contando siempre, insisto, con la gratitud y el reconocimiento del pueblo y del Gobierno de México.
Muchísimas gracias.
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