Con Josefina Vázquez Mota por civismo
México, D.F. Apoyar a Josefina es un acto de civismo, es votar para que la jefatura del Estado y del gobierno en el periodo 2012-2018 esté en manos de quien ha sabido conducirse con pulcritud democrática en esta lucha política, dice Luis Felipe Bravo Mena en su columna de El Universal.
El periodo formal de la campaña para la renovación del Poder Ejecutivo Federal comenzó hace unos días. Es la fase final de la campaña real que arrancó mucho antes.
Se trata de una ficción prohijada por el retorcido Cofipe y tolerada por el régimen electoral, causa de muchas de las distorsiones en el panorama político actual.
La campaña real la comenzó López Obrador hace una docena de años y no ha parado desde entonces .No hubo autoridad ni poder alguno que quisiera o pudiera sujetar al tortuoso orden legal a este candidato.
No se quedó muy atrás el abanderado del PRI, inició hace seis años con el presupuesto mexiquense para financiar el proyecto de mercadología política más costoso en la historia del país. Una red de aliados en medios y en órganos electorales dieron aire e impunidad a todo cuanto se hizo, dándole la vuelta a ley, para crear una rutilante estrella.
La candidata del PAN consolidó su candidatura apenas en febrero al ganar la elección interna. Proceso, por cierto, que se sujetó a la letra y espíritu de las normas, pero que al no ser respetadas de la misma forma por los otros partidos generaron, de entrada, una condición evidentemente inequitativa
El pragmático cinismo que impera en el ambiente no permite que esta situación pueda ser corregida por alguna autoridad. Cuando se lereclama justicia normalmente la respuesta es de un juridicismo impecable pero profundamente complaciente e inicuo.
Estamos, pues, iniciando la etapa final de una campaña dañada de origen en su calidad ética, dados los abusos precedentes cometidos por algunos de los participantes.
Los ciudadanos podemos y debemos rectificar con nuestra participación y voto la ruta por la que se encaminó este proceso electoral, apoyando decididamente a Josefina Vázquez Mota. Ella ha jugado limpio y es respetuosa no sólo de la legalidad escrita sino del espíritu de unas elecciones libres.
Apoyar a Josefina es un acto de civismo, es votar para que la jefatura del Estado y del gobierno en el periodo 2012-2018 esté en manos de quien ha sabido conducirse con pulcritud democrática en esta lucha política.
¿Cómo se puede jefaturar un Estado de derecho, si para llegar a encabezarlo se atropella la ley? Nadie da lo que no tiene. El que no es fiel en lo poco no lo es en lo mucho.
Esta no es una consideración menor para definir nuestro voto. Por muchos años México fue víctima de saqueos y desmanes de los políticos que rechazaban ganar “ a la legalona “ y que se burlaban de la decencia en política diciendo que la moral era el árbol que daba moras. La ruina del país y la hipoteca del futuro de varias generaciones fue su herencia. En el año 2000 nos liberamos de esa pesadilla. No repitamos la historia.
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