Banco Mundial insta a países a terminar con ciclos de violencia
Por Kathryn McConnell Redactora Washington – Los países que experimentan ciclos de violencia tienen que fortalecer sus instituciones nacionales y mejorar la gobernanza de manera que otorguen prioridad a la seguridad ciudadana, la justicia y el empleo, según el Banco Mundial.
La inseguridad nacional y regional se ha convertido en un desafío primordial para el desarrollo, según señala el Banco Mundial en su Informe sobre el desarrollo mundial 2011: Conflicto, seguridad y desarrollo, publicado días antes de las reuniones de primavera del 16 y 17 de abril que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tendrán en Washington (véase el informe Panorama general ( http://wdr2011.worldbank.org/sites/default/files/SPANISH_WDR2011_Overview.pdf )).
“Cuando las instituciones estatales no protegen adecuadamente a los ciudadanos, no los defienden de la corrupción ni les brindan acceso a la justicia, cuando los mercados no ofrecen oportunidades de empleo o cuando las comunidades han perdido la cohesión social, la probabilidad de conflictos violentos se incrementa”, escribe el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en el prólogo del informe.
“Los efectos de la violencia en una zona pueden extenderse a otras partes del mundo, perjudicando las perspectivas de desarrollo de los demás y obstaculizando las perspectivas económicas de regiones enteras”, agregó.
Alrededor de 1,5 millones de personas viven en países afectados por ciclos repetidos de violencia, y la brecha de la pobreza entre los países que experimentan la violencia con frecuencia y otros es cada vez mayor. Ningún país de bajos ingresos, frágil o afectado por el conflicto ha logrado ni siquiera uno de los Objetivo de Desarrollo del Milenio, según indica el informe. Los objetivos internacionales tienen por objeto acabar con la pobreza y el hambre, lograr la igualdad de género, la educación universal y la sostenibilidad ambiental, así como mejorar significativamente la salud materno-infantil para el año 2015.
El informe señala que la violencia del siglo XXI parece estar impulsada por factores de estrés tales como el desempleo juvenil, las crisis de ingresos y las tensiones entre grupos religiosos, étnicos y sociales, y las redes de traficantes. Los riesgos de violencia son mayores cuando se combinan estas tensiones con la escasa capacidad o falta de legitimidad de las instituciones nacionales.
Las instituciones capaces y legítimas pueden mediar soluciones a las tensiones que derivan en la violencia repetida, pero los procesos de paz son a menudo socavados por la delincuencia organizada.
“Las zonas que padecen inestabilidad política y violencia criminal se están quedando muy rezagadas y hacen frente al estancamiento, tanto en términos de crecimiento económico como de cifras decepcionantes de indicadores de desarrollo humano”, dijo Justin Lin, economista jefe del Banco Mundial, en un comunicado de prensa. Una guerra civil puede costarle a un país hasta 30 años del valor de su producción nacional.
Los países que han restablecido y sustentado la seguridad ciudadana constituida legalmente han alcanzado los mayores logros en desarrollo, según dice el informe.
Etiopía aumentó el número de personas con acceso a agua potable, del 13 por ciento de la población en el año 1990 al 66 por ciento en 2010. Mozambique, más que triplicó la cifra de estudiantes que terminan la escuela primaria, del 14 por ciento en el año 1999 al 46 por ciento en 2007. Entre 1995 y 2007, en Bosnia y Herzegovina se aumentaron las vacunaciones contra el sarampión del 53 por ciento al 96 por ciento de los niños de edades hasta los 2 años.
El informe recomienda que las instituciones internacionales aumenten su apoyo a los programas nacionales y regionales cuyo objetivo es crear empleos y establecer fuerzas policiales y sistemas judiciales bien gobernados. Según el informe, los líderes nacionales pueden obtener mejores resultados de la ayuda exterior si demuestran una mayor rendición de cuentas a los donantes y los ciudadanos.
Los donantes internacionales también pueden contribuir a desarrollar los mercados regionales que integran las zonas inseguras, aunar recursos, y tomar medidas para reducir las tensiones causadas por la inestabilidad de los precios de los alimentos. Los precios mundiales de los alimentos son un 36 por ciento más altos que en 2010 debido a condiciones meteorológicas adversas en los principales países exportadores de granos, restricciones a la exportación, uso cada vez mayor de granos para la producción de biocombustibles, y el aumento de los precios del petróleo. Además los precios siguen siendo volátiles, según el informe de Alerta sobre precios de los alimentos, publicado el 14 de abril (para más detalles véase el sitio del Banco Mundial ( http://www.bancomundial.org/temas/preciosalimentos/alerta/abril-2011.htm )).
El informe de desarrollo dice que los organismos internacionales deben reformar sus procedimientos para poder ofrecer asistencia más rápida a las regiones y poner fin a patrones de ayuda de freno y avance.
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