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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 21 de Noviembre del 2024

América Central es la primera región totalmente libre de minas terrestres

Washington, EE.UU. Miles de minas terrestres y municiones sin explotar siguen enterradas en antiguas zonas de conflicto en todo el mundo, por lo cual esas tierras son inseguras e inutilizables y causan 4.000 víctimas humanas todos los años.

No obstante, a pesar de lo preocupante que es esta cifra, Estados Unidos y las organizaciones con las que se ha asociado han podido reducir significativamente los riesgos, y la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton anunció que América Central se ha convertido en la primera región del mundo completamente libre de explosivos enterrados y que en otros lugares se han alcanzado progresos significativos en reducir los riesgos para la población civil.

En declaraciones pronunciadas en Washington el 19 de diciembre, Clinton dijo que la tasa anual de 4 mil víctimas “sigue siendo una cifra inaceptablemente alta”, pero señaló que en la última década “hemos contribuido a reducir el número mundial de víctimas de las minas terrestres en unas 15 mil y 20 mil” personas por año.

“América Central, por ejemplo, se convirtió en la primera región afectada en lograr la condición de no impacto por las minas, es decir, que todos los explosivos —y hago hincapié en que son todos los explosivos— se han eliminado de modo seguro de las zonas donde la gente vive su vida diaria”, dijo.

Además, los programas comunitarios de desminado han ayudado a eliminar las minas en más de 80 mil metros cuadrados de terrenos ubicados en la provincia de Helmand (Afganistán). También, el personal del Departamento de Estado ha ayudado al pueblo de Papúa Nueva Guinea a “recuperar tierras para uso local removiendo las municiones peligrosas sin explotar de la Segunda Guerra Mundial”, dijo.

Según el informe anual del Departamento de Estado titulado To Walk the Earth in Safety (Caminar seguro en la tierra), que informa de las iniciativas de desminado y destrucción de armas convencionales, Estados Unidos ha gastado mil 900 millones de dólares en asistencia para la destrucción de armas convencionales en 81 países desde el año 1993.

En los últimos diez años, Estados Unidos “ha contribuido a destruir más de 1.4 millones de armas pequeñas y armas ligeras; eliminar más de 80 miltoneladas de municiones inestables o en exceso, y a sacar fuera de circulación más de 32 mil sistemas portátiles de defensa antiaérea [MANPADS]”, comentó Clinton.

La secretaria dijo que Estados Unidos “está orgulloso de ser el principal donante para las actividades humanitarias de desminado en todo el mundo”.

Además del envío de equipos y la financiación de actividades de remoción de municiones sin explotar, Estados Unidos también ha tratado de concienciar al público de los peligros que afrontan y ha venido ayudando a los supervivientes y a sus familias con servicios de rehabilitación médica y formación profesional en países como Afganistán y Bosnia, dijo.

El secretario de Estado Adjunto para Asuntos Políticos y Militares, Andrew Shapiro, dijo el 19 de diciembre que la ayuda de Estados Unidos es vital para ayudar a los países que se recuperan de las guerras a mejorar su estabilidad y prosperidad.

No obstante, explicó que a pesar de su relativo éxito, los riesgos que representan las “miles y miles” de minas terrestres no detectadas y las armas convencionales mal aseguradas “seguirán siendo una de las principales preocupaciones humanitarias en el futuro previsible”.

Estas armas representan una gran amenaza para las poblaciones de los alrededores y hacen que la tierra circundante no se pueda utilizar, dijo Shapiro.

“Para los millones de niños que crecen en países que se recuperan de un conflicto, la infancia dista mucho de ser despreocupada. Incluso un simple partido de fútbol entraña un riesgo grave de lesión, o incluso la muerte, si el campo de juego contiene peligros ocultos, como minas terrestres enterradas o municiones sin estallar”, dijo.

Por Stephen Kaufman, Redactor

Etiquetas: Centroamérica, minas terrestres, USA