Don Abraham, Doña Rosario, María y Don Alberto esperan, ansiosos, su casa nueva
- - luego de la tragedia que vivieron con un tornado que derrumbó sus viviendas en el fraccionamiento Santa Rosa
- 5 de Junio de 2015
- Por: Ramiro Gómez
Por: Ramiro Gómez Caldera Ciudad Acuña, Coah. 1 de junio del 2015. A una semana de la tragedia que provocó aquí un tornado, que dejó 14 muertos, casi 300 heridos y millones de pesos en daños materiales, las familias que perdieron sus casas esperan sentados y ansioso, en el frente de los escombros, a que alguien o algo les ayude a salir adelante.
Agradecidos con Dios o la virgen, por salir con vida de este trance, quienes perdieron totalmente sus casas – algunas están sostenidas literalmente por un palo-, permanecen por días sentados frente a sus escombros, viendo como las toneladas de ayuda que han llegado, debido a la solidaridad humana, se reparten a pocas cuadras de donde ellos están.
No les importa: solo quieren volver a ver sus casas levantadas nuevamente, y con mejores materiales para que aguanten otra tormenta, dice Don Alberto, un albañil que sostiene con un palo de su closet, una de las paredes de su casa para que no se derrumbe.
Don Alberto Botello se salvó, junto con su esposa, por que Dios así lo quiso, ya que su casa prácticamente se vino abajo, y solo quedaron pendientes de un palo, la recamara donde dormían, el día del tornado, él y su esposa.
Como ausente, en la misma calle, Abraham limpia algo dentro de los escombros y luego se sienta a contemplar su carro totalmente destruido por el tornado. Él perdió su casa y su carro.
A dos casas está doña Rosario quien barre el interior y el frente de su hogar, y platica con su esposo, sus hijos y María, una vecina de enfrente, mientra que atrás, su casa permanece parcialmente derrumbada y en escombros.
La plática entre vecinos y vecinas gira en torno a la hora el día del tornado y del ajustador del seguro de vivienda que no llega, y al igual que ello hay otros 300 hogares damnificados con daño total en su vivienda, esperando.
Y aunque poco a poco regresa la calma al sector, luego de la tragedia y de miles de desconocidos que deambularon por la zona del desastre la semana pasada, ven que poco a poco se están quedando solos.
Solos y sus casas derrumbadas, solos y sus escombros, solos y sus viviendas parcialmente destruidas, en la calle Coahuila, en el fraccionamiento Santa Rosa, solos y sus casas o lo que queda de ellas, que las autoridades les dijeron que les van a reconstruir en tres meses.
Abraham, Rosario, María y Don Alberto son de las personas que no quisieron irse a otra casa, a otro lado, a otra colonia, a otro fraccionamiento, para ser reubicados.
Ellos esperan aquí pacientemente, a que pasen los tres meses, para tener su casa nueva, esa casa que les costó 180 mil pesos, y que luego de 10 años de estarla abonando cada semana, algunos de ellos ya deben solamente 240 mil pesos.
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