1 de cada 4 latinoamericanos pobres recibe ingresos para invertir en salud y educación
En 18 países de América Latina, incluido Brasil, 129 millones de personas pobres reciben dinero en efectivo a cambio de cumplir con ciertas obligaciones, como llevar los niños a la escuela y vacunarlos.
- 25 de Julio de 2013
- Por: Ramiro Gómez
En Brasil y México, estas iniciativas – denominadas programas de transferencia condicionada de efectivo – ayudaron a que las niñas pasen a ser mayoría en las escuelas. En Brasilia, representantes de varios países mostraron cómo estos programas están cambiando para beneficiar a más familias y ayudarlas a incorporarse al mercado de trabajo. Julio 15, 2013. La marañense Welenice Lima, de 28 años, está desempleada y es madre soltera. Vive en San Luis, en un barrio (p) donde, en sus propias palabras, falta todo. “Principalmente, seguridad y entretenimiento”. En su hogar por lo menos hay comida, salud y educación para sus hijos, de 7 y 6 años.
Todos los meses, recibe el subsidio de Bolsa Familia (i), un programa del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), que cumple 10 años en 2013. El beneficio se paga a 13,8 millones de familias con un ingreso per cápita de hasta 140 reales mensuales, bajo dos condiciones (p): que los niños asistan a la escuela y que vayan al médico periódicamente.
Los brasileños atendidos por el programa Bolsa Familia no están solos. En 18 países de América Latina y el Caribe, 129 millones de personas casi el 25% de la población se benefician de iniciativas similares.
En Brasil, el número de personas extremadamente pobres (alrededor de 16 millones, según el gobierno federal) sería 33% más elevado si no existiera Bolsa Familia. Por otra parte, entre los beneficiarios, el 99% de las mujeres embarazadas está al día con sus exámenes prenatales, y el 97% de los niños tiene una asistencia escolar superior a la exigida.
“Estos programas son los principales instrumentos de protección social (p) para las familias pobres, tanto por la cobertura como por el presupuesto y la coordinación que propician en cada gobierno”, dice Concepción Steta, especialista en protección social del Banco Mundial. “Ayudan a que los niños y jóvenes tengan una mejor alimentación (p), salud y educación que sus padres”.
Al mismo tiempo, justamente por el nivel de su cobertura y la complejidad de sus operaciones, estos programas plantean diversos desafíos. El principal reto es lograr que las familias usen el beneficio para estructurar su futuro.
Los especialistas en la materia coinciden en que, con tal fin, es importante:
Elevar la calidad de los servicios educacionales y de salud que se ofrecen a la población; Vincular la asistencia social con el mercado laboral; Asegurar que la formación profesional esté en consonancia con las necesidades de los empleadores, y Entregar oportunidades a mujeres, ancianos, discapacitados y otros grupos vulnerables.Open Quotes
Estos programas son los principales instrumentos de protección social para las familias pobres, tanto por la cobertura como por el presupuesto y la coordinación que propician en cada gobierno Close Quotes
Concepción Steta
Especialista en protección social del Banco Mundial
Los países con los programas más antiguos – de al menos 10 años de existencia – como México, Brasil y Chile encuentran en la comunidad de aprendizaje sobre las transferencias condicionadas de efectivo (CCT, por sus siglas en inglés) y las políticas laborales un foro apropiado para intercambiar ideas y explorar mejoras. Este grupo se reunió el mes pasado en Brasilia.
A continuación, se presentan algunos avances y obstáculos:
Brasil: Inspiró a otros países a crear el Censo Único (p), el principal instrumento para identificar a la población pobre. Está construyendo 2.100 unidades de salud y poniendo en práctica la enseñanza integral en 17.500 escuelas primarias para mejorar la cobertura de salud y educación entre los beneficiarios de Bolsa Familia.
Chile: Puso en marcha el programa Ingreso Ético Familiar en 2012. La prioridad es dar acceso a los más pobres (especialmente a las mujeres, que son jefas de familia en el 54% de los hogares de bajos ingresos) al mercado laboral. Los que consiguen trabajo tienen derecho a un bono.
Colombia: Mediante la reformulación del programa Más Familias en Acción se busca ampliar la cobertura en las regiones más pobres del país y brindar un mayor beneficio a las poblaciones indígenas. El principal desafío es preparar a los jóvenes pobres para el mercado de trabajo, ya que el 27% está desempleado.
México: El Programa Oportunidades, que ahora beneficia a 6,5 millones de hogares, se está reestructurando a fin de incorporar la nueva iniciativa Cruzada Nacional contra el Hambre. De esta manera, se podrá atender a otras 600.000 familias.
Etiquetas: Banco Mundial, Brasil, Latinoamérica, México, Oportunidades