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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 21 de Diciembre del 2024

Idiomas en peligro de extinción.

Este artículo pertenece al Periódico Electrónico "Pueblos indígenas: vivir en dos mundos"

Akira Y. Yamamoto, natural de Japón, ha dedicado su larga carrera profesional a la promoción de las lenguas y culturas indígenas en peligro de extinción. Profesor emérito de antropología y lingüística en la Universidad de Kansas, ocupó el cargo de director de la Comisión de la Sociedad Lingüística de América sobre Lenguas en Peligro de Extinción y su Preservación, y fue director conjunto del Grupo de Expertos Ad Hoc de la UNESCO sobre Lenguas en Peligro en el Mundo. Yamamoto, escritor prolífico, ha publicado libros sobre las lenguas hualapai y kickapoo, y sobre haiku.

Natalia Sangama, una anciana de la tribu chamicuro, se lamentaba en 1999 diciendo:

Sueño en chamicuro,

pero no puedo contar mis sueños a nadie,

porque ya nadie habla más chamicuro.

Qué solitario es ser la última.

El chamicuro (o chamekolo) es la lengua vernácula de Lagunas, Perú. El atlas de la UNESCO de Lenguas en Peligro en el Mundo advierte que, restando sólo ocho hablantes del chamicuro, el idioma se encuentra en situación crítica. Según Ethnologue 2005, el número de lenguas a punto de desaparecer ya alcanza las 6.912. El Recuadro 1 ( http://photos.state.gov/libraries/amgov/3234/Week_3/indian_chart_400.jpg#popup ) muestra la distribución por región de las lenguas en peligro.

Del total de lenguas existentes en el mundo, 347 son habladas por más de un millón de personas, mientras que un 95 por ciento tiene una cantidad bastante menor de comunicantes.

La desaparición de los idiomas en el mundo

El Atlas UNESCO de las Lenguas en Peligro en el Mundo (en adelante, el Atlas) clasifica 2.279 lenguas habladas en mundo de acuerdo a diferentes grados de riesgo de extinción. De este total, 538 se encuentran en estado crítico, pues sus únicos hablantes son ya ancianos y la interacción en esa lengua es ya rara o poco frecuente. Por lo tanto, es lógico pensar que estas 538 lenguas podrían desaparecer en unos pocos años cuando ya hayan fallecido todos sus hablantes.

Las lenguas desaparecen porque las personas dejan de expresarse en su lengua materna y utilizan otra que, en la mayoría de los casos, es la lengua dominante en las esferas política, económica, militar y religiosa.

Las principales razones para la desaparición de las lenguas, aparte de catástrofes de origen humano o natural, son:

La lengua oficial de la educación no es la lengua materna del niño, de modo que su aprendizaje es deficiente.

Los medios de comunicación masiva, entretenimiento y otros productos culturales se difunden a través de la lengua dominante.

La lengua dominante tiene más prestigio social, mientras que la materna tiene menos aceptación.

Urbanización, migración y movilidad por razones de empleo son factores causantes de la desintegración de las comunidades lingüísticas.

Los mercados laborales requieren conocimientos que son transmitidos en lenguas dominantes en detrimento de las lenguas minoritarias.

No se valora la pluralidad lingüística y se considera suficiente, y conveniente, el uso de una sola lengua dominante.

El uso de una lengua dominante es conveniente para los estados (una nación – una lengua) y para las personas, con lo que es obligada la alternativa de educar a los niños en su lengua materna o en la lengua dominante.

Entre las diversas fuerzas externas que obran sobre una comunidad lingüística destacan las políticas públicas sobre el uso de una lengua. Las políticas nacionales que no dan amparo suficiente a los derechos humanos lingüísticos pueden obligar a una comunidad a abandonar su lengua natural, mientras que las políticas de apoyo promueven y mantienen el uso de las lenguas no dominantes.

El documento publicado por la UNESCO, titulado Vitalidad y peligro de desaparición de las lenguas, presenta toda la gama de actitudes y políticas de los gobiernos, desde las que valoran la diversidad lingüística y protegen las lenguas no principales en un marco legal hasta las que promueven la asimilación de forma pasiva, activa o forzada a la lengua dominante.

Tales fuerzas externas influyen sobre la opinión que los hablantes se forman del valor y de la función de su lengua autóctona. Los hablantes de una comunidad lingüística no suelen tener una opinión neutral de su propia lengua, según revela el estudio de la UNESCO: “Puede la consideren esencial para su comunidad e identidad, y promuevan su uso; puede que la usen pero no la promuevan; puede que se sientan avergonzados de su lengua y, por lo tanto, no la promueven; o puede la vean como un inconveniente y eviten activamente su uso”.

Medidas adoptadas por naciones

Son muchas las comunidades lingüísticas de todo el mundo que afrontan la rápida desaparición de sus lenguas ancestrales. La crisis ha generado esfuerzos para documentar y revitalizar estas lenguas al nivel de la base y del gobierno. Aunque es demasiado pronto para observar cambios significativos en la promoción y revitalización de las lenguas vernáculas, los esfuerzos destinados a ese fin van en aumento.

Canadá aloja 600 comunidades de indígenas de las Primeras Naciones, 50 inuit y 80 métis, que conforman el 3 por ciento del total de la población del país. (Los indígenas de las “Primeras Naciones” son las tribus canadienses que no son inuit; por ejemplo, los pueblos indígenas provenientes del Ártico, y los que tampoco son métis o descendientes de matrimonios mixtos entre indígenas y europeos). El Atlas identifica 86 lenguas vernáculas en peligro, de las cuales es viable que sólo tres, cree, inuktitut y anishinaabe, se mantengan y prosperen en las comunidades aborígenes.

En 1998, el gobierno presentó la Iniciativa para las Lenguas Aborígenes, que apoya los proyectos comunitarios cuyo objetivo es preservar las lenguas indígenas. En 1989, se proclamó el Día Nacional de las Lenguas Aborígenes. Y, en 2008, el primer ministro canadiense, Stephen Harper, presentó sus disculpas a los pueblos de las Primeras Naciones, inuit y métis por el maltrato que habían sufrido los niños indígenas en las escuelas residenciales donde eran ingresados, tras ser retirados a la fuerza de sus familias.

En Australia, el Atlas ha determinado que 102 lenguas están en peligro de desaparecer. La situación actual de estas lenguas es crítica ya que sus hablantes son ancianos y su transmisión a la generación más joven es poca o ninguna.

En Nueva Gales del Sur (NGS) se ha adoptado una Política para la Educación de Aborígenes que reconoce que se deben mantener, reclamar y revitalizar las lenguas autóctonas. Esta política es reforzada por la Declaración del Gobierno de NGS de Compromiso con los Pueblos Aborígenes, que afirma que, “La lengua es un importante componente de la herencia e identidad culturales.

Se reconoce la importancia del aprendizaje de las lenguas aborígenes como componente fundamental de la experiencia del estudiante aborigen”. En 2008, el primer ministro Kevin Rudd presentó formalmente sus disculpas a los aborígenes por las pasadas injusticias cometidas por el gobierno del país.

En Hokkaido, al extremo norte de la ínsula de Japón, se calcula habitan 24.000 indígenas ainu, aunque es posible el número sea mayor dado que algunos se niegan a revelar su identidad étnica por temor a ser discriminados. Es posible que los hablantes con fluidez de la lengua ainu ya se hayan reducido a sólo 40 personas, mientras que es cada vez mayor el número que aprende una segunda lengua.

En 1869, tras la Restauración Meiji y el establecimiento del Kaitakushi (Comisión de Desarrollo) para el desarrollo y gobierno de Hokkaido, el gobierno puso en efecto la asimilación forzada de los ainu.

La promoción de la lengua japonesa por el gobierno tuvo como consecuencia el rápido deterioro del uso de la lengua ainu. En junio de 2008, la Dieta aprobó una resolución sin precedente que reconocía las penurias sufridas por el pueblo ainu y daba su apoyo a los esfuerzos de los grupos de base para revitalizar su lengua y cultura.

En México, país de una gran pluralidad cultural y lingüística, se calcula hay 144 lenguas indígenas en peligro de desaparecer. En 2001, se reconocieron los derechos y las comunidades indígenas en la constitución mexicana y, en 2003 se proclamó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas.

Las organizaciones de base ahora colaboran estrechamente con profesionales del ámbito académico para documentar y revitalizar sus lenguas. Asimismo cobra impulso el movimiento de alfabetización indígena en las diferentes comunidades lingüísticas.

Papua Nueva Guinea (PNG) es la nación de mayor diversidad lingüística del mundo, donde una población de 5,2 millones habitantes (según el censo del año 2000) habla 823 lenguas vivas.

Desde 1870 hasta mediados del siglo pasado, la mayoría de las escuelas de PNG habían sido establecidas por misioneros y las lenguas vernáculas se utilizaban como lengua de instrucción.

Si embargo, en los años 50, el gobierno adoptó la política de utilizar el inglés como lengua de instrucción y la mantuvo hasta 1975, cuando fue repudiada tras la independencia de PNG. De 1979 a 1995, se establecieron informalmente programas preescolares en lengua vernácula.

A partir de 1995, y conforme a la nueva política pública, se exige que la educación durante los primeros años de escolaridad del niño sea en lengua vernácula seguida de una gradual transición al uso del inglés entre las lenguas de instrucción.

Venezuela tiene 34 lenguas indígenas a punto de desaparecer. La constitución en vigor, adoptada en 1999, declara que las lenguas oficiales son el español y las lenguas indígenas del país. Algunos profesionales del mundo académico laboran intensamente con las comunidades indígenas para documentar y revitalizar sus lenguas vernáculas.

Sobre las lenguas indígenas de Estados Unidos

Al momento de ocurrir el primer contacto de los europeos con las culturas indígenas, se calcula había 300 lenguas vernáculas en América de Norte provenientes de más de 50 familias lingüísticas.

La primera clasificación de lenguas americanas nativas, realizada por John Wesley Powell (1891), identificaba 58 familias lingüísticas. Según el Atlas, antes de 1950 había 192 lenguas en Estados Unidos, de estas 53 han desaparecido y 139 lenguas tienen más de un hablante.

Once lenguas han sido clasificadas como “vulnerables”, que significa que los niños la hablan, pero se reserva su uso para determinados ámbitos, como es el familiar. Veinticinco lenguas están “en peligro”, que quiere decir que los niños ya no la aprenden como lengua materna.

Treinta y dos están “seriamente en peligro” porque las hablan la generación de los mayores. Y, por ultimo, setenta y una lenguas han sido clasificadas como “en situación crítica” porque sus hablantes más jóvenes son ancianos.

En Estados Unidos, todas las lenguas vernáculas están en peligro. En Alaska, donde existen 21 lenguas con uno o más hablantes, la lengua eyak perdió su último comunicante en 2008. El estado de mayor diversidad lingüística es California.

De las 58 familias lingüísticas clasificadas por Powell, 22 eran originales de California. Las lenguas californianas han sufrido más extensamente y, sin embargo, siguen siendo las representantes de las familias lingüísticas más diversas.

Casi la mitad de las lenguas indígenas nativas de California han desaparecido desde mediados del siglo pasado y ahora solo quedan 30 con uno o más hablantes.

Esfuerzos de Estados Unidos para la preservación de las lenguas

Los lingüistas, los líderes de la comunidad y los miembros de las comunidades nativas realizan la constante labor de concienciar a los pueblos nativos, a los formuladores de política pública y al público en general sobre la rápida pérdida de sus lenguas vernáculas.

El jefe Floyd Jourdain Jr., de la nación ojibwe, declaró recientemente a la nación ojibwe del lago Rojo: “Nuestra lengua ojibwe ha sido oficialmente declarada en situación crítica. Calculamos que hay tan poco como 300 personas que hablan la lengua con fluidez en nuestra tribu. La inscripción oficial de nuestra tribu es de 9.397 miembros” (The Bemidji Pioneer, 6 de abril de 2009).

Mary Smith, última hablante de la lengua eyak fallecida en enero de 2008, hizo el siguiente llamado: “Es triste ser la última hablante de tu lengua. Por favor, retornen a los suyos y aprendan su lengua para que no se sientan tan solos como yo”. (Kodiak Daily Mirror, 20 de agosto de 2006).

A partir de los años 70, se venido observando que particulares y colectivos han emprendido programas para la revitalización de las lenguas de su legado cultural en sus hogares, comunidades y escuelas. Los programas son tan diversos como las comunidades. Algunos “reviven” lenguas que no se han hablado durante décadas y se documentan sobre ellas.

Otros dependen de información transmitida oralmente, especialmente cuando los últimos hablantes son ancianos, o ponen nuevamente en uso la lengua entre los niños de edad escolar y a sus padres, o enseñan la lengua a través de programas sobre su legado cultural. Muchos programas enseñan la lengua como asignatura académica y se diseñan para estudiantes de todas las edades.

Los líderes de las naciones indígenas americanas, los miembros de las comunidades lingüísticas, educadores y lingüistas se reunieron en 1988 en la Conferencia sobre la Cuestión de las Lenguas Indígenas Americanas (NALI) en Tempe, Arizona. En este encuentro, los participantes redactaron, debatieron y aprobaron resoluciones sobre los derechos lingüísticos de los indígenas americanos.

Las resoluciones fueron luego trasmitidas a la Comisión Selecta del Senado sobre Asuntos Indígenas. El resultado de esta gestión fue la ratificación de la Ley sobre Lenguas Indígenas Americanas de 1990, que oficialmente ampara los derechos fundamentales de los pueblos nativos americanos destacando el carácter único de su cultura y de sus lenguas, y plantea la responsabilidad del gobierno de colaborar en la preservación de las mismas con los pueblos indígenas.

La ley reconoce que las lenguas tradicionales son un componente de la cultura e identidad de los pueblos nativos americanos que es esencial para la transmisión de su literatura, historia, religión y de los valores necesarios para la supervivencia de su integridad cultural y política. También reconoce que la lengua es un medio directo y enérgico que promueve la comunicación internacional entre los pueblos que la comparten.

Desde que fuera puesta en vigor, la ley ha propiciado que muchas comunidades lingüísticas reciban apoyo legal y financiero, si bien el monto de los fondos ha sido limitado. La Sociedad Americana de Lingüística (LSA) ha dirigido campañas para la documentación, revitalización y concienciación en el ámbito profesional.

¿Dónde estamos y a dónde vamos?

En años recientes se ha observado un gradual cambio en las actitudes hacia el bilingüismo: se valora, aunque no se alienta, la educación bilingüe. El cambio más notable se ve en las actitudes dentro de las mismas comunidades nativas americanas.

La anterior reticencia de utilizar su lengua vernácula se ha reemplazado con un sentido de orgullo. La juventud está participando activamente en la revitalización de las lenguas y se van estableciendo programas para este fin.

En las instituciones públicas, se observan esfuerzos cada vez más activos para promover la educación en lenguas nativas.

Las organizaciones privadas, tales como el Instituto de Lenguas Indígenas, ayudan a particulares y colectivos indígenas a conseguir donaciones y apoyo técnico de organizaciones gubernamentales, no gubernamentales e internacionales (ver lista de organizaciones bajo Recursos Adicionales) para mantener sus esfuerzos de documentación y revitalización de su lengua.

Todas y cada una de las lenguas son valiosas. Si habla una lengua, la persona puede formar un grupo. Si hablan una lengua, los humanos pueden crear un universo en el que se establecen, se nutren y se mantienen las relaciones con su entorno.

Cuando se pierde una lengua, se pierde una cosmovisión, una identidad única, un caudal de conocimientos. Se pierde diversidad y se pierden derechos humanos, como muy elocuentemente expresó un anciano navajo:

Si no abres los ojos, no hay firmamento. Si no escuchas, no hay ancestros. Si no respiras, no hay aire. Si no caminas, no hay tierra. Si no hablas, no hay mundo.

(Paráfrasis por Yamamoto de palabras de anciano indígena navajo, en episodio Tribal Wisdom and the Modern World de serie Millennium transmitida por PBS-TV).

Las opiniones expresadas en este artículo no expresan necesariamente las opiniones o políticas del gobierno de Estados Unidos.

(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://www.america.gov/esp

Etiquetas: , extinción, lenguas, tribales